Primera parte aquí
Segunda parte aquí
Bueno, por fin entro en el recinto, y compruebo que la insolación ha hecho mella en más de uno, porque en concreto hay dos niños sin camiseta pegando botes de un lado para otro, saltando al potro y haciendo volteretas y cabriolas al ritmo del guitarreo de un grupo de música que anda tocando en la carpa. Las lolis y colegialas no se habían movido de donde las había dejado al irme dos horas antes, y seguían en las gradas poniendo cara de interesante con la esperanza de ligar con alguno de los alelaos que escuchaban el concierto como si el grupo que tacaba fuese Coldplay o algo por el estilo.
En serio, uno no puede estar tantas horas seguidas al sol en verano. No puede ser bueno para las neuronas.
Oh, espera...
Vuelvo a ver a la peña que no había querido saludar por la mañana, y descubro que sigo sin ganas de saludarles, así que me hago la loca como sólo yo sé hacerlo y sigo adelante. Pero esta vez mi visión panorámica funciona algo mejor y veo, tras los pitufos circenses, a otro grupo de conocidos. Bueno, me digo tras haberme quedado sola con el montón de hormonas que me había intentado entrar hacía un rato, tampoco pasa nada porque me vean en público con estos. A fin de cuentas son de lo mejorcito que ronda por aquí.
Así que me voy a saludarlos.
No sé si la chica a la que me dirigí me había visto o no, pero su expresión facial pasó de ser la de la princesa del ICO a la de mi mejor amiga en aproximadamente medio segundo, cuando comprobó que efectivamente la había visto. Así que me da que la que no quería ser vista en público conmigo era ella.
Pese a que viniendo de esa chica me lo debía haber esperado, en vez de un "¿qué tal estás?", que podría haber capeado con mucha gracia, lo primero que me dijo fue "¿dónde está tu novio?". Muy bien, me dije, notando el golpe hasta físicamente. La primera en la frente. A veces se me olvida que para esta gente tener pareja es símbolo de status. Aunque claro, cuando no se puede tener nada más, al menos una pareja marca la diferencia entre un fanboy totalmente acabado, y un fanboy con algo de esperanza.
Como no se me da bien mentir, le digo que me ha dejado hace una semana. La chica se pone a hacer pucheros - natural, me ha dejado el novio, es el fin del mundo, debería estar pensando en cortarme las venas, no hay nada más en mi vida aparte de ese hombre que dirigía mis actos y me decía lo que debía o no hacer, y ahora que se ha ido voy a la deriva... Uy, espera, que esa no soy yo - y a decirme que lo que tengo que hacer ahora es salir y divertirme, que por los bajos de Argüelles seguro que encuentro un montón de tíos que babearían por mi, y bla bla bla...
Vamos, la parafernalia que ya había escuchado dos veces esa misma tarde.
Alguien debería decirle a esta peña que cuando hace una semana que te ha dejado alguien a quien amas, lo último que quieres es que te la ande metiendo el primer yonqui que te encuentres por la calle y que te guiñe el ojo. En serio, es cultura general. Por Dios, que todos hemos ido al colegio, deberían saberlo. Además, no me resulta un consuelo saber que puedo tirarme al tío que me de la gana, entre otras cosas porque eso siempre lo he sabido. Y no por nada, sino porque un tío nunca le dice que no a un polvo.
Por Dios.
Ahem... El caso. Como en el stand de una de las asociaciones organizadoras vendían botes de ramen y yo no había comido nada en todo el día - pero sí bebido cerveza - decidí agenciarme con un paquete, que me supo a papel mojado con guisantes, pero teniendo en cuenta que era la primera comida sólida que consumía desde hacía cinco días, no estuvo del todo mal.
Anocheció, y me senté en las gradas a escuchar al grupete de música mientras observaba cómo uno de los saltimbanquis de antes estaba sentado con cara de aburrimiento al otro lado, porque su amigo llevaba ya su buena media hora dándose el palo en mitad del jardín con una lolita de las que andaban por allí. Que no era ni de las guapas ni de las delgadas, comprobé con un vistazo. Así que o era su novia o el chico tenía muy mal gusto. O seguramente las dos cosas. Pero vamos, que una hora y media después - qué pulmones debía tener la chiquilla, por Dios Santo - ya estaban otra vez los dos coleguitas sentados como si tal cosa, eso sí, con la lolita al lado con cara de boba, supongo que por la prolongada falta de oxígeno a la que había sido expuesta. Y todos eran tan amigos, y yo ya no tenía de quién reírme, así que seguí dando vueltas a la deriva.
A última hora hubo un rol en vivo de Vampiro, en el que no participé pero que presencié, más que nada para evitar los dos planes que me habían propuesto, que eran a) ir a casa de la hormona con patas que me había entrado por la tarde, y b) ir a Argüelles a intentar ligar con tíos que pasasen de mi. Y la verdad es que la partida no estuvo nada mal, hasta me dieron ganas de haber jugado.
La pena fue que luego la mayor parte de la gente dijo de irse para sus casas, así que mis esperanzas de que se saliese al cerrar las jornadas ese día desaparecieron, y me fui para mi casita con la cabeza gacha. Eso es lo malo de las jornadas de cómic y manga, que cada vez va gente más joven, y cuando uno quiere salir de copas con la peña al acabar, resulta que la mayoría de los asistentes tienen catorce años y ya llegan dos horas tarde a casa.
Creo sinceramente que debería aumentar la edad de mi círculo de amistades. Cuando uno llega a cierta edad, empieza a ver a los menores de 20 años como un poco... pequeños...
Pero bueno, en general, las jornadas estuvieron bien. Aunque mi capacidad para pasarlo bien está bastante mermada, y decir que me divertí sería decir demasiado, a ratos no pensé, alagaron mi figura - he adelgazado un huevo y medio, pero eso es obvio, dado que se me ha ido el apetito y busque donde busque no lo encuentro -, intentaron ligar conmigo, y bebí cerveza y comí ramen. Y eso siempre está bien.
Y ahora la propina:
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Segunda parte aquí
Bueno, por fin entro en el recinto, y compruebo que la insolación ha hecho mella en más de uno, porque en concreto hay dos niños sin camiseta pegando botes de un lado para otro, saltando al potro y haciendo volteretas y cabriolas al ritmo del guitarreo de un grupo de música que anda tocando en la carpa. Las lolis y colegialas no se habían movido de donde las había dejado al irme dos horas antes, y seguían en las gradas poniendo cara de interesante con la esperanza de ligar con alguno de los alelaos que escuchaban el concierto como si el grupo que tacaba fuese Coldplay o algo por el estilo.
En serio, uno no puede estar tantas horas seguidas al sol en verano. No puede ser bueno para las neuronas.
Oh, espera...
Vuelvo a ver a la peña que no había querido saludar por la mañana, y descubro que sigo sin ganas de saludarles, así que me hago la loca como sólo yo sé hacerlo y sigo adelante. Pero esta vez mi visión panorámica funciona algo mejor y veo, tras los pitufos circenses, a otro grupo de conocidos. Bueno, me digo tras haberme quedado sola con el montón de hormonas que me había intentado entrar hacía un rato, tampoco pasa nada porque me vean en público con estos. A fin de cuentas son de lo mejorcito que ronda por aquí.
Así que me voy a saludarlos.
No sé si la chica a la que me dirigí me había visto o no, pero su expresión facial pasó de ser la de la princesa del ICO a la de mi mejor amiga en aproximadamente medio segundo, cuando comprobó que efectivamente la había visto. Así que me da que la que no quería ser vista en público conmigo era ella.
Pese a que viniendo de esa chica me lo debía haber esperado, en vez de un "¿qué tal estás?", que podría haber capeado con mucha gracia, lo primero que me dijo fue "¿dónde está tu novio?". Muy bien, me dije, notando el golpe hasta físicamente. La primera en la frente. A veces se me olvida que para esta gente tener pareja es símbolo de status. Aunque claro, cuando no se puede tener nada más, al menos una pareja marca la diferencia entre un fanboy totalmente acabado, y un fanboy con algo de esperanza.
Como no se me da bien mentir, le digo que me ha dejado hace una semana. La chica se pone a hacer pucheros - natural, me ha dejado el novio, es el fin del mundo, debería estar pensando en cortarme las venas, no hay nada más en mi vida aparte de ese hombre que dirigía mis actos y me decía lo que debía o no hacer, y ahora que se ha ido voy a la deriva... Uy, espera, que esa no soy yo - y a decirme que lo que tengo que hacer ahora es salir y divertirme, que por los bajos de Argüelles seguro que encuentro un montón de tíos que babearían por mi, y bla bla bla...
Vamos, la parafernalia que ya había escuchado dos veces esa misma tarde.
Alguien debería decirle a esta peña que cuando hace una semana que te ha dejado alguien a quien amas, lo último que quieres es que te la ande metiendo el primer yonqui que te encuentres por la calle y que te guiñe el ojo. En serio, es cultura general. Por Dios, que todos hemos ido al colegio, deberían saberlo. Además, no me resulta un consuelo saber que puedo tirarme al tío que me de la gana, entre otras cosas porque eso siempre lo he sabido. Y no por nada, sino porque un tío nunca le dice que no a un polvo.
Por Dios.
Ahem... El caso. Como en el stand de una de las asociaciones organizadoras vendían botes de ramen y yo no había comido nada en todo el día - pero sí bebido cerveza - decidí agenciarme con un paquete, que me supo a papel mojado con guisantes, pero teniendo en cuenta que era la primera comida sólida que consumía desde hacía cinco días, no estuvo del todo mal.
Anocheció, y me senté en las gradas a escuchar al grupete de música mientras observaba cómo uno de los saltimbanquis de antes estaba sentado con cara de aburrimiento al otro lado, porque su amigo llevaba ya su buena media hora dándose el palo en mitad del jardín con una lolita de las que andaban por allí. Que no era ni de las guapas ni de las delgadas, comprobé con un vistazo. Así que o era su novia o el chico tenía muy mal gusto. O seguramente las dos cosas. Pero vamos, que una hora y media después - qué pulmones debía tener la chiquilla, por Dios Santo - ya estaban otra vez los dos coleguitas sentados como si tal cosa, eso sí, con la lolita al lado con cara de boba, supongo que por la prolongada falta de oxígeno a la que había sido expuesta. Y todos eran tan amigos, y yo ya no tenía de quién reírme, así que seguí dando vueltas a la deriva.
A última hora hubo un rol en vivo de Vampiro, en el que no participé pero que presencié, más que nada para evitar los dos planes que me habían propuesto, que eran a) ir a casa de la hormona con patas que me había entrado por la tarde, y b) ir a Argüelles a intentar ligar con tíos que pasasen de mi. Y la verdad es que la partida no estuvo nada mal, hasta me dieron ganas de haber jugado.
La pena fue que luego la mayor parte de la gente dijo de irse para sus casas, así que mis esperanzas de que se saliese al cerrar las jornadas ese día desaparecieron, y me fui para mi casita con la cabeza gacha. Eso es lo malo de las jornadas de cómic y manga, que cada vez va gente más joven, y cuando uno quiere salir de copas con la peña al acabar, resulta que la mayoría de los asistentes tienen catorce años y ya llegan dos horas tarde a casa.
Creo sinceramente que debería aumentar la edad de mi círculo de amistades. Cuando uno llega a cierta edad, empieza a ver a los menores de 20 años como un poco... pequeños...
Pero bueno, en general, las jornadas estuvieron bien. Aunque mi capacidad para pasarlo bien está bastante mermada, y decir que me divertí sería decir demasiado, a ratos no pensé, alagaron mi figura - he adelgazado un huevo y medio, pero eso es obvio, dado que se me ha ido el apetito y busque donde busque no lo encuentro -, intentaron ligar conmigo, y bebí cerveza y comí ramen. Y eso siempre está bien.
Y ahora la propina:
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Argüelles.... que recuerdos, asi me gusta una chica con criterio a la hora de salir xD. Hace que no voy por alli pues, casi un año y la verdad que algo habia resurgido despues de estar a un tris de chapar todo. ¿Sigue abierto el TnT?
ResponderEliminarEl tema salones me gusta, al del manga no voy a parte de por que esta hasta arriba de gente tampoco soy un gran lector de manga, pero al Expocomic(que comienza a ser invadido por narutos) trato de ir siempre que puedo, basicamente a rebuscar cosas antiguas o ediciones raras. Yo solia ir con un colega y asi por lo menos eramos 2 para tomar unas cervezas (por Argüelles :P)
Chi, sigue abierto ^^ Ese y por el Pit Stop son los dos a los que suelo ir cuando salgo (que ya es algo que no hago mucho ._.U)
ResponderEliminarA mi también me gusta más el del comic que el del manga, y a esos dos suelo ir acompañada (por mis colegas los de Argüelles :P), pero a estas jornadas como fui porque me lo pidió uno de los organizadores, pos fui solita ^^U
Que un tio nunca dice "no"? Sera en tu barrio, porque no has visto la de Gremblins que circulan por el mio.
ResponderEliminarAh, si no comes ya sabes de donde vas a adelagazar primero, no? xDDD
1 - Eso de que un tío nunca dice no a un polvo es completamente falso. Sin ir más lejos, mis nuevas vecinas jubiletas me tiran los tejos de forma descarada, y yo me mantengo casto y puro. Y eso que la vida del exiliado en Madrid es muy casta. Y muy dura.. digo pura xD
ResponderEliminar2 - Me he mudado a Argüelles el viernes, cómo elijo las zonas eh? ^^ Sugerencias de antrazos a los que tengo que ir!
3 - Quiero un listado de todos los eventos y lugares frikis de postín de Madrid (a mi falta de contactos y aburrimiento me remito). He vuelto a leer fantasía épica, a flirtear con Magic, y a hacer artes marciales en el parque xD. Me queda retomar el WoW y Naruto para volver a ser el friki que era :P
¡oye, un respeto! ¿qué es eseo de que un tío nunca se ha negado a un polvo? ¡hay pruebas de laboratorio que refutan tu vacua y poco estudiada afirmación!
ResponderEliminar... las pruebas de laboratorio se hicieron con ratones, pero vamos, es extrapolable.. :-DDDD
Sí, y a mi ex la dueña de la cafetería a la que ibamos normalmente también le ha los trastos, y él se ha negado... Siempre hay extremos, pero en el caso promedio un tío no se niega, de ahí sí que no me apeo.
ResponderEliminar@cls4ever: Sí, lo sé, entre otras cosas porque ya he adelgazado... pero para mi es algo bueno, más comodidad! tampoco las uso para nada, así que... (las orejas, claro XDDD)
@Asbeel: Pos no sé, a mi me gutan Pit Stop y TnT, el resto me resultan o muy goticorros de pega o muy pijos... si es que queda alguno abierto, porque como no salgo de esos dos, no mentero o_O
Por ahora no sé qué decirte, en verano hay un montón de jornadas en los barrios de la periferia, no sé, Internet es tu amiga, no? :P