Tiempo para ver la tele? Y eso que es?

Últimamente no he visto demasiado la televisión.

Bueno, de hecho llevo sin verla como Dios manda desde hace más de dos años, porque salir de casa a las siete y media de la mañana y volver a medianoche entre semana, y tirarse todo el finde de juerga o durmiendo - y hasta hace cosa de un mes también f*##@ndo, pero todo lo bueno se acaba *sigh* - , se mire por donde se mire no te deja mucho tiempo para la caja tonta.

Como Dios es bueno - o eso me han dicho - nos dio Internet para que pudiésemos seguir viendo, sin tener que ajustarnos a horarios, algún que otro programa o serie de televisión. Lo cual sería cojonudo si me quedase algún minuto libre al día para ver lo que me descargo, pero por lo menos ahí se queda todo en mi disco duro externo, para cuando experimente eso que en las leyendas llaman "tiempo libre", y que cada día estoy más segura de que no es más que otro invento del Corte Inglés para aumentar ventas.

Otra opción sería comprarme un iPod Touch - Ahí lo tenéis: Un invento para aumentar ventas - y aprovechar para ver las series en los trayectos en transporte público, que tres horas al día dan para mucho . Pero entonces de dónde iba a sacar tiempo para leer, escuchar música, y autocompadecerme, ¿eh? ¡Que una tiene sus necesidades!

Pero quiso la providencia - o más concretamente lo quise yo, que busqué piso y compañeros para alquilarlo - que este Febrero me mudase a un precioso piso con dos amigos que sí ven la tele - y mucho - cuando vuelven a casa del trabajo. Y los fines de semana.
Vamos, que la tele se tira encendida más de la mitad de la semana.
Lo cual no es bueno ni malo, pero a mi me tiene fascinada.

A veces, cuando salgo de mi cuarto, donde estoy dibujando, escribiendo, chateando, memorizando guiones, cosiendo, haciendo patrones o maqueando el currículum - o en la mayoría de los casos, para qué engañarnos, viendo porno -, y me los veo delante de la televisión - vale que no le hacen ni caso y están con el portátil, seguramente también viendo porno -... me entra algo así como envidia.

Envidia porque tienen portátiles, lo primero. No nos vamos a andar con zarandajas, a mi también me molaría estar ignorando la televisión mientras presumo de MacBook delante de la peña.

Lo segundo, porque ellos sí que pueden seguir House sin saltarse capítulos. En serio, no es que no vea la tele porque piense que es una mierda. No la veo porque no puedo. ¡Si yo era de las que de pequeña (vaaaale, con 19 años) se levantaba a las seis de la mañana en verano para ver los capítulos de Sailor Moon en Antena3! ¡Quién me ha visto y quién me ve!

Lo tercero, porque ellos tendrán temas de conversación normales para hablar durante el café. Porque por mucho que no me importe una mierda a quién han echado esta semana de Gran Hermano - que por cierto, ¿lo siguen echando? - socializarme en el curro es algo que me suele gustar, y que por motivos diversos aún tengo en la lista de tareas pendientes.

Y aún añadiría un cuarto motivo, pero es que me he quedado sin ideas. ¿Veis lo que pasa por no ver la tele? ¡Se pierde creatividad!

En fin. Este 6 de Julio apagan la televisión analógica y aún no hemos comprado el receptor de TDT, así que en una semana o menos ellos van a pasar a estar en mi mismo bando... Que no es que me regocije en ello, que va, si habéis escuchado una risotada maligna al leer estas lineas, seguramente son los de recursos humanos, que han conseguido colocar otro externo a un sueldo de risa inventándose su currículum (huy... ¿he hablado demasiado?). Pero yo soy una persona buena que nunca se alegraría del mal ajeno...

Bueno, sólo en contadas ocasiones...

Sí, en contadas. ¿Os tengo que recordar que los número naturales son numerables?


Esta vez la propina va de gatos. Simplemente no he podido evitar poner estas:


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