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Mostrando entradas de marzo, 2009

¿Qué descubrimiento resultó más determinante para el devenir del ser humano?

Hay un intenso debate sobre cuál fue el invento que ha marcado en mayor grado la evolución del ser humano. Los hay que piensan que el fuego fue el factor determinante. También un gran grupo defiende que la invención de la rueda marcó un antes y un después en la historia de la humanidad. O quien piensa que la invención que más influyó en el curso que la humanidad iba a tomar, y no necesariamente para bien, fue la pólvora. Hay grupos que no se remontan tan atrás en el tiempo, y en su lugar opinan que la especialización profesional y la cadena de montaje, desarrolladas en la edad media fueron determinantes para cambiar el rumbo de la historia. Pero ninguno de esos descubrimientos afectó tanto a la evolución humana como el que yo propongo: La cafeína. Si, la cafeína. Esa pequeña amiga que nos encontramos en cada café, té, refresco de cola, o pastilla concentrada (con receta médica, eso sí) que nos tomemos. Esa compañera silenciosa de nuestras noches de insomnio, nuestros lunes con resaca,

La patata disidente

¿No os ha pasado nunca que cuando pedís aros de cebolla en vez de patatas fritas en un burguer king , siempre os encontráis una patata frita escondida entre los aros? Porque a mi me empezó a pasar cuando empecé a tomar aros de cebolla en vez de patatas... Pero es que además, a partir de ese momento, cada vez que compraba croquetas en la sección de congelados del supermercado, al abrir el paquete me encontraba una patata frita congelada. Esto llegó a intrigarme tanto que empecé a preguntarme por qué siempre tenía que haber una patata disidente en todos los platos de fritos que tomaba... y caí en la cuenta de que quizá alguien las había enviado para que me siguiesen. Pero, ¿quién enviaría una patata frita a seguirme?, me pregunté. Es descabellado, porque tarde o temprano me la voy a terminar comiendo, y van a tener que seguir mandando más. Puestos a seguirme, podían haber contratado a un ruso de esos que en sus ratos libres se alquilan por horas como armarios empotrados, porque aunque

No se trata de un berrinche de un día

No se trata de que de vez en cuando te sientas mal porque pienses que eres un fracasado, o que creas que no vas a llegar a nada en la vida porque no vales nada. Esa sensación la tienes todo el tiempo. Y cuando piensas todo eso, no te animas porque consigas darte razones que contradigan tus oscuros pensamientos. La realidad, aunque te tragarías la lengua antes de admitirlo en voz alta, es que lo piensas todo el tiempo. Las razones que supuestamente te hacen sentir mejor solo son parches que contienen tu inmensa frustración por no ser más de lo que eres. Aún así, esperas que esos parches, que contienen en mayor o menor medida la certeza de tu mediocridad, no sean necesarios a largo plazo. Siempre, desde que puedes recordar, todo aquel que has conocido se ha afanado en recordarte lo insípido de tu existencia y el poco valor de tu persona. Y cuando te hartaste de desprecios, tomaste una resolución. La gente te recordaría, decidiste. Recordarían tu nombre, se sentirían dichosos de poder ace

"Ven, anda"

El tacto frío de la funda nórdica la despierta de un modo que a ella se le antoja dulce. Abre los ojos, sin saber dónde se encuentra, tarda unos momentos en comprender de qué habitación es la pared que contempla, y unos pocos más en comprender cómo ha llegado allí. Bosteza, perezosa, como un gato al sol, estirándose todo lo larga que es, disfrutando del fresco de la manta sobre su cuerpo. Se gira lentamente, con una sonrisa en los labios, y le encuentra sentado delante del ordenador, dándole la espalda. Le oye hablarla; se ha dado cuenta de que está despierta, así que ella se hace una bolita bajo las mantas, sonriente, esperando que se levante y se acerque a la cama. Pero pasa un minuto, y otro, y no se mueve. Ella, incrédula, le habla. Él responde, sin girarse en ningún momento, y sigue a lo suyo. Ella le clava los ojos en la nuca, intentando hacer que se vuelva con la fuerza de su pensamiento. Pero él sigue sentado de espaldas a ella. Al final, ella tiene que pedirlo: "¿No viene

Ultimamente

Últimamente , a la gente le ha dado por volverse guías espirituales, y a usarme a mi de cobaya . No recuerdo cuántas veces me han dicho que tengo que calmarme y tomarme las cosas menos a la tremenda, pero haciendo una aproximación a la baja, si me diesen un euro por cada vez que me lo han repetido en los últimos tres meses, podría dejar de trabajar y vivir de las rentas por un par de años... y yo no soy de gustos baratos, precisamente. No es que me moleste, pero cuando un montón de peña te dice que te tiene que importar un bledo lo que los demás piensen, y que las convenciones sociales son una patraña inventada por los gobernantes para mantener a raya al pueblo, y que uno debe hacer lo que le parezca que esté bien, y no lo que los demás juzguen como correcto, lo menos que esperas es que luego sean consecuente con sus palabras. Y cuanto a la que te despistas te están demostrando que a ellos les importa mucho más el qué dirán de lo que a ti te ha importado en tu vida... ¿No te sientes un

Las Sombras de París

Especie de introducción a mi Gran Proyecto Literario particular. Iré escribiendo más, aunque no lo postearé. Ya me diréis lo que opináis del mini prólogo. .................................................................................................................... París siempre ha sido mi ciudad favorita. No es que esa aseveración tenga mucho peso, porque nunca he vivido en ningún otro lugar, pero aún así no creo que haya ningún otro lugar en el mundo en el que se disfrute la vida hasta las cotas en las que se disfruta en esta pequeña ciudad. Y es que París es bastante peculiar. En mitad de la decadencia que embarga al mundo, supuestamente civilizado, en el que me ha tocado vivir, mi ciudad natal se adorna con ostentosos vestidos, se coloca sus mejores joyas, y se calza sus refinados zapatos de tacón y forro de terciopelo para salir a la calle a lucir su hermosura. No le importa que la seda y el encaje del vestido estén amarillentos y resecos, ni que las joyas sean viejas y ta

Cosas que nunca debería decir (Parte 2): Dar de alta el ADSL

Últimamente, mis compañeros de piso y yo hemos estado comparando precios de compañías de telefonía e internet, y tras mucho deliberar, nos hemos decidido por cierta compañía, que por no hacer publicidad llamaré "com.ya" El caso es que nos intentamos dar de alta en el servicio de internet que ofrecen vía internet (un contrasentido, lo sé, pero cosas más raras se han viso), y lo primero que nos piden es nuestro número de teléfono. ¿Cómo que número de teléfono? ¡Pero si les estoy contactando para que me den uno! Tras la sorpresa inicial, (y tres días llamando al número de información) de pronto un día dimos con un teleoperador competente, que no sólo entendió lo que le preguntábamos, sino que nos supo contestar. La cuestión era que debíamos tener una línea dada de alta con timofónica para poder hacer una migración a com.ya, dado que com.ya carecía de infraestructura para proporcionarnos una línea de teléfono desde cero. Tras otros tres días llamando al teléfono de información de

Cosas que nunca debería decir (Parte 1): Mi primera depilación a la cera

Hay ciertas cosas que una nunca debería contar sobre sí misma. Como por ejemplo, la primera vez que me depilé (aunque "intenté depilar" quizá estaría mejor dicho) las piernas con cera. ............................................................................ Todo empezó con un bote de cera tibia en el estante de unos ultramarinos. El pobre me ponía ojitos cada vez que pasaba por ahí a comprar, así que al final, conmovida por su soledad, me decidí a adoptarlo y llevármelo a casa. Coloqué a mi recién adquirida mascota en un estante del baño en el que pudiera disfrutar de todo tipo de lujos: Calor proporcionado por la tubería del agua caliente, disfrute de buenas vistas a través de una próxima ventana, ambiente perfumado gracias a la ubicación estratégica de un ambientador con aroma de rosas bajo los estantes... No le faltaba de nada. Salvo que alguien lo usara, claro. Un día, meses después, de pronto tuve una iluminación: Me depilaría la linea del biquini con cera. Lo veía t

¿Cuántos estarán pensando lo mismo?

Voy en la renfe de camino a mi nuevo, flamante y recientemente adquirido trabajo, y por enésima vez me vuelvo a preguntar: "¿por cuánto tiempo?". Y es que cada vez que leo en la portada de los panfletos que me dan a la entrada de la renfe que el paro ha vuelto a subir, que el gobierno vuelve a situar más alejada en el tiempo la mejoría, que las previsiones de los efectos de la crisis se ven, una vez más, rebasadas ... me pregunto cuánto tiempo faltará para que todo lo que leo en los periódicos, y que le está sucede a media España, me empiece a suceder a mi. Y esta mañana, pensando en lo mismo para variar, miro a mi alrededor, y observando las caras de los que van conmigo en el vagón, me he preguntado cuántas de esas personas estarán pensando lo mismo que yo... Si pasan las horas de la jornada laboral temiendo el momento en el que su superior les llame al despacho y les comunique que se ha decidido prescindir de sus servicios... Si de camino a sus lugares de trabajo se preg
adecuado, da. ( Del part. de adecuar). 1. adj. Apropiado a las condiciones, circunstancias u objeto de algo. Adecuado A las normas. Adecuado PARA ir a la playa. Real Academia Española © Todos los derechos reservados ......... Que sepas que yo también creo que eres el adecuado.