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Mostrando entradas de febrero, 2008
Which Heroes character are you? Your Result: Claire Bennet You are Claire Bennet. You can spontaneously regenerate, which is just a fancy way of saying that you heal yourself involuntarily. You were never very popular, but you recently got into the "in" crowd. You don't really like it there and your power makes you feel like a freak. You recently tried to contact your real parents, because you want to see if they have powers to... Matt Parkman Hiro Nakamura Nathan Petrelli Issac Mendez Peter Petrelli Sylar Niki Sanders Which Heroes character are you? Quiz Created on GoToQuiz

La pobre princesita

La princesa no cabía en sí de gozo; aquella iba a ser la noche que vestiría de largo por primera vez. Unas semanas antes, su madre había acudido a sus aposentos a darle la tan ansiada noticia. En la fiesta de San Juan de aquel año, dejaría de ser una niña y pasaría a ser una mujer a los ojos de todo el reino. Oyó revuelo fuera de su habitación mientras su dama de compañía la ayudaba a peinarse y le colocaba delicados adornos de perlas bajo el moño. Aquella iba a ser una gran fiesta, y todos los sirvientes estaban esforzandose al maximo por que la puesta de largo de la princesa fuera inolvidable. Pero cuando salió de su cuarto en dirección a la sala de baile, se dio cuenta de que algo iba mal. Los ruidos y voces que había medio intuido desde su habitación no eran los del servicio afanándose ni los de su señora madre regañando a las criadas. Eran voces de hombres, voces de desconocidos. Y también voces de hombres y mujeres que creyó reconocer. Pero estas últimas voces eran más agudas, má

Los besos de mi vida

Mi primer beso me hizo pensar que era lesbiana. No me gustó en absoluto. Aquello de estar pegada por los labios a la cara de un tio me resultaba asqueroso y aburrido. Además, tenía entendido que cuando la gente se besa abría la boca y usaba la lengua, y este chico de eso no parecía haberse enterado. Y por más que yo se lo insinuaba rozando sus labios con mi lengua, no se daba por aludido. Así que comencé a dudar de mi sexualidad. No era nada grave, me seguian gustando los tios; era solo que no me gustaba que me besaran. El segundo no fue mejor. El chico se había leído el manual y había hecho los deberes, pero tres segundos después de empezar decidí que no me gustaba aquello, y paré. Jamás le dije el verdadero motivo por el que paré. Le habría dolido demasiado su hinchado ego. Y por supuesto, seguí dudando de mi orientación sexual. Pero como por ahora no me sentía atraída por las mujeres, seguí provando suerte con el género opuesto. El tercero besaba bien, pero sus besos eran como nadar

Conflictos

Con la vida pasa como con los libros. Lo primero que me enseñaron en el grupo de teatro al que fui de pequeña era que para que una escenificación le resultara interesante al público, debía plantear algún conflicto. Llámese argumento, nudo, hilo conductor... Llámese como se desee, pero al final no hay interés si no hay conflicto. A nadie le interesa un simple discurrir de acontecimientos. Una película sobre la vida de una adolescente a la que no le surgen conflictos no va a gustar. Una obra de teatro sobre una familia que vive una vida apacible no va a tener público. Por eso los culebrones gustan tanto. Porque plantean muchisimos conflictos. Conseguirá Cristina Alberta, a pesar de los maquiavelicos planes de su medio prima hermana Roberta Andrea, hacerse con el amor de su querido Juan Francisco Alberto? Con los libros pasa igual. Y con la vida. Una vida plena, en la que a uno no le falte nada, en la que tenga amor, salud y dinero asegurados, no interesa a nadie. Por eso la gente que no

En el trabajo

Presiono Alt-tab para que la ventana con el editor de textos desaparezca de la pantalla, mientras oigo las suelas de goma de los zapatos de mi jefe deslizarse por el suelo de su despacho, acercándose a la puerta que comunica con la sala donde yo trabajo. Intento recordar qué estaba haciendo la última vez que esto sucedió, porque en cuanto mis jefes dejan de tener a tiro mi monitor, me pongo a editar mi curriculum y a enviarlo, como si de spam se tratara, a cualquier empresa susceptible de contratarme. Hago uso de mi ya bastante anquilosada verborrea, don de gentes, capacidad de convicción y talla 95B de sujetador, para hacerle ver a mi jefe que estoy ensimismada con la mierda de trabajos que me asignan una vez él, otra vez mi otro jefe, en ocasiones los dos a la vez, y a veces los clientes descontentos cuyas quejas tengo que recibir yo, cual contenedor de desechos. Soy la única mujer de la empresa. Eso no es un problema, y en mi último trabajo lo veía más como una ventaja. Pero aquí me

En el autobús

El autobús entra en un túnel, y de pronto me veo dentro de otro vehículo, en otro tunel que bien podría ser el mismo. Recuerdo que me comentaron, “si voy por la M-30 te dejo justo en tu barrio”, y que, yendo por un túnel en el camino a casa, yo pensé que algo había oído sobre que habían soterrado la M-30 … Pensé que ese túnel por el que circulamos durante casi veinte minutos sería la M-30 ... Me doy cuenta de que no volveré a estar en aquel coche recorriendo aquel túnel, fuera o no la M-30. Y de pronto me invade la melancolía… Lo que signifaba… todo lo que ir en ese maldito coche por aquel maldito túnel significaba para mi… Y salgo del autobús, que no va por la M-30 sino que sólo ha entrado en la estación, con los ojos llenos de lágrimas… Arena entre mis dedos… sueños que se escapan…