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Mostrando entradas de abril, 2008

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Quiero escribir. Hasta el último poro de mi cuerpo desea escribir algo, lo que sea. Mis manos se posan sobre el castigado teclado de mi portátil, al que le falta la tecla del siete, y siento ese hormigueo en las extremidades que me dice que rebosan energía desaprovechada. Y es que mi cuerpo va en una dirección, y mi alma en otra. Cada vez que pienso en alguna cosa que escribir, en seguida la descarto por poco original, mediocre, difícil de desarrollar, o simplemente por vaguería . Paso horas y más horas delante del ordenador sin escribir nada, alternando entre la ventana del correo electrónico, las de los foros en los que estoy suscrita, y ocasionalmente el editor de textos, vacío, esperando que le muestre un poco de esa inventiva que creo recordar que una vez tuve . Resulta que por una tontería, ahora tengo fecha de entrega. Y no me hace ni puñetera gracia, para ser sincera. Ojala la energía que le sobra a mis manos pudiera hacer que escribieran solas...

En blanco

Puede que sea en el metro de camino al trabajo, o volviendo de él; puede que sea en esa reunión semanal con los jefes de proyecto en la que siempre desconectas, o tomando el café en el descanso. El caso es que te viene la inspiración. ¡chas!, y tienes "La" idea. Te pasas el día dándole vueltas, perfilándola, añadiéndole detalles, limando imperfecciones. La adornas con dedicación y mimo mientras las horas que te quedan hasta llegar a casa van disminuyendo. Te asombras de haber tenido tan buena idea, y agradeces a tu musa, sea la que sea, el habertela brindado. Abriendo la puerta de tu casa ya le vas dando las últimas pinceladas. Detalles que pudieran quedar sueltos, conflictos que no se resuelven de manera natural... esas cosas. Enciendes el ordenador incluso antes de quitarte la chaqueta, te sientas en la silla sin cambiarte de ropa, abres el editor de textos, y comienzas a escribir. Y escribes una línea, dos, un párrafo. Conforme las frases se van formando, te das cuenta de

Eva

Cuando llegó al hipercor, a la sección donde yo trabajaba, lo nuestro fue odio a primera vista. No soporté su hiper maquillado cutis, su abundante e hiper alisada melena negra, su a todas luces rellenado pecho, ni sus diminutas caderas. Cuando abrió la boca la cosa no mejoró, porque era una de las personas más pijas con las que había tenido la desgracia de hablar, y solo su tono de voz me ponía furiosa. Antes de ser dependienta había trabajado como modelo y azafata de eventos, cosa que solo hizo que la odiara aún más. Y la ligera tendencia a coquetear con todos los hombres del departamento solo era un motivo más para que me cayera mal. Vale, admito que el ochenta por ciento de aquel odio no era más que envidia malsana. A mi nunca me han aceptado de azafata o modelo por mi estatura y mis caderas, que al igual que los gases, tienden a ocupar el mayor espacio posible. Siempre quise tener el pelo así de perfecto, maquillarme así de bien, y vestir con tanto gusto y que la ropa me quedara ta

Frases que nos dicen de pequeños

Cuando somos pequeños, a todos nos han dicho aquello de "si te caes y te manchas los pantalones me enfadaré". Es una frase de lo más típica; lo que no entiendo muy bien es su intención. Cuál es la finalidad de decirle a un niño que si se mancha al caerse se le va a regañar, ¿que no se manche? Este tipo de frases, al estilo de los traumas infantiles, suelen quedarse grabadas a fuego en nuestra memoria. En los pequeños percances que se suelen tener por el mero hecho de salir a la calle se puede comprobar: Te caes al suelo, te desollas una rodilla, y lo primero en lo que piensas es "dios, espero no haberme roto el reloj, me lo acaban de comprar mis padres". Cruzas la calle cuando no debes y te embiste un coche, lo cual te deja la cadera dolorida durante una semana, y lo único que piensas es "mierda, este restregón en la rodilla no lo quita la lavadora, con lo que me gustaban estos pantalones". Y digo yo, ¿por qué otras frases, como "hasta que no te coma

Café

El café no es un vicio, es un estilo de vida. Cada vez que pienso en lo bien que me siento cuando me tomo mi café y mi bollito de leche con jamón y queso, antes de entrar al trabajo... A la mayoría de las personas el café les despierta. A mi, el tomar café me relaja. Si me tomo el café con prisas, me sienta mal, y el día se tuerce. Da igual si llego tarde al trabajo, a una entrevista, a la facultad, o a un triple bypass. Mi café es sagrado. Y porque en los periodicos ya solo hay sudokus, que si hubiera un misero autodefinido que hacer... eso ya serían palabras mayores.

Libros malos

Ayer me llegó una carta de la biblioteca del barrio. En ella ponía que era el segundo aviso para que devolviera cierto libro. No recuerdo haber recibido ningún primer aviso, pero vamos, si ellos dicen que es el segundo, será verdad. Me había olvidado por completo de ese libro. Fue tan terrible, que mi mente borró aquel trauma según lo terminé de leer. Quizá por eso olvidé devolverlo a la biblioteca. Mientras lo busco entre las muchas estanterías de mi casa, me pregunto cuánto tendría que pagar de multa por no devolverlo nunca. Porque la verdad es que me gustaría evitar al resto de la humanidad tener que soportar leer lo que yo leí... No se lo desearía ni a mi peor enemigo.

Memorias de una niña rara (2)

Una vez, cuando yo contaba diez y seis o diez y siete años, me pasó algo muy curioso. Era verano, y en el pueblo donde pasaba las vacaciones yo ya me había enemistado con la totalidad de la gente de mi edad por aquel entonces. Recientemente había descubierto que yendo sola al cine no solo no me arrancaban un brazo, sino que podía ir a ver la película que quisiera, y encima la disfrutaba más que acompañada por la tipica amiga coñazo que no para de hablar en la hora y media que dura la proyección. El descubrimiento de que hacer cosas sola no provocaba ningún trauma digno de mención hizo que, un fin de semana, me animara a salir de bares sola. Fue un terrible fracaso. Cuando yo voy de bares, voy a bailar, pero sin el grupo de conocidos alrededor mía haciendo el ganso, fui incapaz de deshinibirme lo suficiente como para mover un músculo. Lo intenté emborrachándome, pero justo ese día parecía haberme vuelvo inmune al alcohol. Y la guinda fue ver aparecer en el pub al chico con el que había

Pensar por pensar

Se llamaba - y espero que aún se llame, por mucho que le odie - Abel . Luís Abel Martínez Gordillo, para más señas. Le conocí de la manera más tonta, por ese tipo de casualidades que uno se suele tomar por señales, pensando que algún ser supremo le señala el camino a seguir. Como si, de haber algún ser de esas características, fuera a perder el tiempo con el más insignificante de los humanos... Yo estaba con otro chico cuando le conocí, así que no tuve ningún reparo en hacerme amiga suya, sabiendo que no se tomaría mi amabilidad por coqueteo. Hablamos un par de veces, e intercambiamos direcciones de messenger . El chico con el que estaba me dejó, y yo olvidé todo el asunto del chaval al que conocí en los recreativos de Gran Vía. Hasta que un día le vi conectado, y comenzamos a hablar. Un día de aquellos, nunca llegaré a saber cómo, quedamos para dar una vuelta. "Solo dar una vuelta", recuerdo que pensé. Y me lo pasé genial. Lo que iba a ser un paseo de media hora duró toda

De pequeña me enseñaron...

Desde bien pequeñita me enseñaron la diferencia entre actuar con y sin cabeza: Hacer las cosas con cabeza era lo que hacían los demás, y hacerlas sin cabeza era lo que hacía yo. Con la edad aprendí otra cosa que las diferenciaba: Hacer las cosas con cabeza hace que salgan bien, y hacerlas sin cabeza hace que sean un espantoso fracaso. Conclusión lógica: Para tomar decisiones, intenta usar siempre la cabeza. Si, muy bonito en la teoría, ¿pero y si a la señorita víscera le da por hacer su aparición estelar en medio de una decisión? Porque esa nunca avisa. De pronto aparece, y tú no sabes de dónde ha venido ni por qué, y cuando te quieres dar cuenta se ha ido, dejándolo todo patas arriba a su paso. Es de suponer que a la octava o así, uno desarrolla el sentido común para no dejarle ninguna ventana abierta a la insensata por la que pueda colarse. Pero aún así, a veces consigue hacerlo. Y entonces ni toda la cabeza del mundo te salva de caerte con todo el equipo. Porque claro, la víscera si

Otakus: Guía práctica de identificación

En un primer momento un otaku puede pasar desapercibido entre sus congéneres no otakus, más que nada debido a que en japón todos los jóvenes llevan uniforme y el mismo corte de pelo, por lo que parecen clones. Pero para el ojo experto en seguida son evidentes ciertos rasgos inconfundibles. Pasemos a enumerar rasgos característicos de estos extraños seres. Ante todo, lo primero que distingue a un otaku son sus gafas. Suelen ser baratas, de pasta gruesa de mala calidad, dado que son un objeto que tiende a atraer a los puños de los malotes de sus institutos, y claro, no van a andar gastándose miles de yenes en unas Ray-ban que les van a durar cinco horas. Los otakus que no pueden costearse la reparación regular de sus gafas suelen echar mano de la cinta adhesiva. Un otaku jamás ha tenido novia conocida. Pero contrariamente a la creencia popular, no es porque las chicas no le hagan caso: Un otaku no perderá el tiempo en intentar ligar con mujeres de carne y hueso, que están muy por debajo

... y pasaron los meses...

Se sentía muy nerviosa. Nerviosa, y terriblemente excitada. Miró por la ventana de su cuarto, a la oscuridad que se extendía hasta el infinito. Observó los pequeños puntos de luz de las ventanas de los edificios cercanos, con las sombras en movimiento de sus moradores, y se los imaginó ocupados en diferentes quehaceres. Era viernes, así que los más seguro es que los que permanecían en sus casas estuvieran viendo la televisión, bien en soledad, bien acompañados de familiares o amigos... o amantes. Ese pensamiento la excitó aún más. Casi sin pensarlo, se colocó la mano abierta delante de la entrepierna, como para intentar ahuyentar el cosquilleo que había aparecido de nuevo en esa zona. Levantó la vista, hacia las estrellas. No había demasiadas esa noche, ni muy brillantes. Solo Júpiter brillaba con toda su intensidad, reflejando la luz de todas ellas. Buscó la luna, una esfera blanca en el negro del universo. Se fijó en que la cuasi-esfera tenía forma de D. “Luna creciente...” Así paso

Primer día de curro

Creo que me va a gustar mi trabajo. Estoy en un proyecto con otras siete personas. Corrijo, con otros siete hombres. Uno es el jefe de proyecto, que aparte de decirme hola cuando llegué, no me ha dirigido ni una sola mirada. El sub-jefe (o lo que sea. Me lo han presentado como "el jefe de planta", pero no sé muy bien qué es eso) es un tipejo anodino que me recogió en recepción cuando llegué, me montó un ordenador, me creó un usuario - en el ordenador, no en el dominio de la empresa - y pasó a ignorarme. Hay otro que trabaja en la mesa de al lado, que va a lo suyo. Luego hay uno que no me inspira demasiada confianza, y cuyo cometido parece ser llevar la contaria al resto. Y hay otros tres que me caen bastante bien: Un chico simpatiquillo con no demasiado don de palabra, un tipico friki que juega un guerrero protection en el WoW y odia a los shadow priests por ser fábricas de agroo, y un friki no tan tipico con bastantes conocimientos de politica, economía e historia. Los dos ú

Avril Lavigne: The Best Damn Thing

Dios, estoy super emo ultimamente. Pero mirad qué preciosidad de letra (o al menos el párrafo antes del estribillo, y el estribillo en sí). Y no os perdáis la referencia a la regla! XD Avril Lavigne: "The Best Damn Thing" Let me hear you say hey hey hey Alright Now let me hear you say hey hey ho I hate it when a guy doesn't get the door even though I told him yesterday and the day before I hate it when a guy doesn't get the tab And I have to pull my money out and that looks bad Where are the hopes, where are the dreams My Cinderella story scene When do you think they'll finally see [Chorus:] That you're not not not gonna get any better You won't won't won't you won't get rid of me never Like it or not, even though she's a lot like me We're not the same And yeah yeah yeah I'm a lot to handle You don't know trouble, I'm a hell of a scandal Me, I'm a scene, I'm a drama queen I'm the best damn thing that your eyes ha

Los libros de mi casa

Mi casa siempre ha estado plagada de libros. Había un libro enorme de trigonometría, cuyos dibujos me gustaban más que cualquier otro libro. Mis padres me los enseñaban y me contaban cuentos sobre ellos, y me decían que estaba aprendiendo trigonometría. Y yo, con el desparpajo que le corresponde a una cría de cuatro años, un día me planté delante de mi profesor de párbulos, y le solté que sabía trigonometría. Cuando contaba ocho añitos, me empecé a interesar por el armatoste con teclado y pantalla delante del que mi padre pasaba tantas horas. Él me dijo que para entender lo que era, había que saber informática. Y me dio dos librillos finitos, llamados "Introducción a la informática", volúmenes uno y dos. Yo me fui tan contenta, y me los leí de cabo a rabo, varias veces, hasta que conseguí descifrar todo el contenido. Así fue como aprendí a convertir de decimal a binario, y de binario a decimal, a los ocho años. A los nueve años, me llamó la atención una bonita enciclopedia mé

Memorias de una niña rara

Una vez, de pequeña, se me declaró una chica. En mi pandilla de la playa no era especialmente popular. No le caía bien a la autoproclamada líder, y claro, por extensión no le caía bien a nadie. Aún así, la relación que tenía con ellos era bastante cordial. Un verano llegó al pueblo una chica nueva. Ya estábamos en esa edad en la que las chicas comienzan a querer gustar, y se pintan como puertas y se visten como habituales de la calle montera, y aquella chica esgrimía ese tópico con una naturalidad pasmosa. Coincidiendo con la llegada de esa chica a la pandilla, yo descubrí un cibercafé que habían abierto dos hermanos, no demasiado mayores que yo, con dinero de sus padres. El mayor me gustó, y como de pequeña yo era muy mona, pues le gusté a él. La cosa no duró más de un día, porque me puso ciertas condiciones para seguir conmigo que yo, como buena niña tonta de dieciséis años, no acepté de ningún modo. Lo que yo no sabía era que ese mismo chico le gustaba a la supuesta líder de la p

What be your nerd type?

Es enorme!! XDDD What Be Your Nerd Type? Your Result: Drama Nerd You sure do love the spotlight and probably have a very out-going and loud personality. Or not. That's just a stereotype, of course. Participation in the theatre is something to be very proud of. Whether you have a great voice for musicals, or astounding skills for dramas/comedies; keep up the good work. We need more entertainment these days that isn't television and video games (not that these things are bad, necessarily.) Literature Nerd Gamer/Computer Nerd Science/Math Nerd Anime Nerd Social Nerd Artistic Nerd Musician What Be Your Nerd Type? Quizzes for MySpace

What mental disorder do you have?

What mental disorder do you have? Your Result: GAD (Generalized Anxiety Disorder) You can never seem to calm down and always feel anxious for unknown reasons. You tend to not be able to concentrate and have headaches or other anxiety symptoms. Manic Depressive Paranoia OCD (Obsessive Compulsive Disorder) ADD (Attention Deficit Disorder) What mental disorder do you have?

What's your best Quality?

What's Your Best Quality? Your Result: Out-Going Your best quality is out-going! People like you because you are fun to be around and no one ever knows what you will do next. Also you are not afraid to say or do whatever you want. Intelligence Personality Ambitious Loving Sense of Humor What's Your Best Quality? Take More Quizzes

Pablo Neruda: Puedo escribir los versos más tristes esta noche

Siempre me ha enternecido leer este poema, incluso de pequeña, cuando no sabía nada sobre los sentimientos de los que hablaba el autor. Porque dios, emana tanta tristeza... Está tan desolado, tan solo... Cuánto transmitirá, para que a una niña de diez años que no sabe nada de la vida, se le inunde el corazón de nostalgia cuando lo lea... Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos." El viento de la noche gira en el cielo y canta. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Yo la quise, y a veces ella también me quiso. En las noches como esta la tuve entre mis brazos. La besé tantas veces bajo el cielo infinito. Ella me quiso, a veces yo también la quería. Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. Oir la noche inmensa, más inmensa sin ella. Y el verso cae al alma com

Divagando

El ruido suave que hacen las teclas de los ordenadores al pulsarlas es hipnótico. Junto con los susurros de mis compañeros de trabajo, sentados delante mía, está adormeciéndome . Puedo teclear sin mirar al teclado ni al monitor; de hecho puedo teclear sin pensar lo que estoy escribiendo, tanta práctica tengo ya programando. Una pequeña parte de mí está sentada delante del ordenador tecleando, y otra, la mayor parte, decide dejar la pequeña sala donde trabajo para buscar lugares más interesantes. Hago mentalmente la lista de la compra. Luego, mentalmente también, tomo nota de las tareas de las que me tengo que encargar cuando llegue a casa hoy. Miro el correo. Ojeo los foros en los que estoy registrada. Observo los bucles perfectos de mi compañera de trabajo, dos filas delante de la mía, y decido ir a la peluquería a hacerme una permanente nada más cobre este mes. Pienso en lo que hice ayer, en lo que queda de semana, en la amiga a la que me he encontrado hoy en el metro yendo al trabaj

Una breve explicación

Si viviste aislado de la realidad la mayor parte de tu vida, y te enseñaron a afrontarla según unas normas que, si bien de puertas para dentro funcionan divinamente, al salir al mundo no son más que basura costumbrista. Si desde que echaste eso que los adultos llaman sentido común, o al menos algo que se le pareciera, viviste deseando salir ahí fuera y valerte por ti mismo, odiando la protección, el aislamiento, el boicot vital al que te tenían sometido. Si a cada oportunidad te escapabas por las fisuras de la burbuja en la que te tenían encerrado, importándote poco o nada las consecuencias de tu desobediencia, pero te volvían a meter dentro mucho antes de que hubieras probado más que un bocadito de eso llamado vida, que tan poco le gusta al mundo y tú tanto ansías. Si te pasó todo eso, seguramente cuando por fin saliste al mundo - porque ni todos los anacronismos del mundo pueden mantenerte aislado de la realidad cuando has cumplido los veinticinco años - ya sabías que las reglas qu

Nunca

¿Nunca has tenido la sensación, cuando estas hablando con alguien, de que a esa persona no le interesa en absoluto lo que estas diciendo? ¿Nunca, en mitad de una conversación, teniendo tú la palabra, de pronto has tenido la certeza de que estás haciendo el ridiculo? ¿De que más te valdría callarte y quedarte en un rincon, y dejar de ser tan patético? A mí me pasa constantemente

¿Amenaza?

Nunca había creído que nadie fuera a considerar a un ser tan insignificante como yo una amenaza. Y el hecho de que alguien lo haga me hace pensar que quizá sea aún más insignificante de lo que yo lo soy...

El hadita aventurera

Aquella mañana todo brillaba en el bosque. La lluvia ligera que cayera durante la madrugada había dejado una capa de roció en las plantas y las rocas, y el benévolo sol de primavera, al reflejarse en las diminutas gotas, les confería un aura dorada. El hada se desperezó sin prisas, estirándose cuan larga era. Respiró el agradable aroma a hierbas y a tierra mojada, y se dedicó a remolonear un poco más en su lecho, disfrutando del calor del sol en su cuerpo. Se volvió de espaldas y estiró y batió unas cuantas veces sus alas. La intención era secarlas del rocío al sol mientras ella seguía descansando, pero los brillantes colores que ostentaban atrajeron a los insectos de la zona, y pronto un pequeño enjambre zumbaba sobre su espalda. Molesta por el ruido, sacudió las alas con fuerza, pero no pareció disuadir a los intrusos. Cuando se hartó del zumbido, decidió levantarse y hacer algo de provecho. Lo primero era el aseo personal: Quería estar guapa aquel día, el primero de la primavera en

Voces

Están los cantantes que suenan muchisimo mejor en el disco que en directo. Están los cantantes que suenan igual en el disco que en directo. Están los cantantes que suenan peor en el disco que en directo. Y luego está Madonna. Realmente, esa mujer ha debido hacer un pacto con el diablo. Pero qué demonios, ha valido la pena.

"Debéis decidir"

Hoy uno de mis compañeros de mi recién estrenado trabajo me ha sorprendido con la siguiente frase: "Vosotras las mujeres, ahora no os dais cuenta, pero cuando lleguéis a los treinta os daréis cuenta de que tendréis elegir,y renunciar o a trabajar, o a casaros y formar una familia y cuidar de ella" Resulta "encantador", en primer lugar, ver que esa perla sale de la boca de un púber de veintitrés años. Me gustaría ver en mi situación a todas esas mujeres que dicen que gracias a la educación en la igualdad de los niños varones se está erradicando el machismo. En segundo lugar, la afirmación en sí me enerva: ¿Cómo que "tenemos que" elegir? ¿Cómo que "tenemos que" renunciar? ¿Y cómo que "a los treinta"? ¿Acaso el libro de cabecera de ese niñato es "la enciclopedia de los tópicos"? Y sobre todo, ¿de qué especie de familia ha salido ese engendro? Al intentar refutarle, sale con aquello de "No querrás que los tengamos nosotros

Factor decomisos

"Imagínatelo, nos recordarán durante generaciones. Igual hasta nos harán un sitio en las enciclopedias, en las páginas web, ¡en la mismísima wikipedia incluso!" Las palabras que le convencieron. Era joven, inconsciente, tenía la sensación de que la vida estaba desaprovechando su talento, y además se aburría. Practicamente no ofreció resistencia cuando le comentaron el plan. Por supuesto que su primera respuesta fue un no rotundo; sólo si se negaba en un primer momento ganaría el protagonismo que claramente se merecía, ya que todo el mundo intentaría convencerle de que cambiara de opinión. Cuando su ego se sintió satisfecho accedió, bien que a regañadientes, a tomar parte. El riesto era mínimo; la diversión garantizada. Y si bien no estaba del todo de acuerdo en que los autores se dieran a conocer, por posibles represalias, compartía la opinión de que aquello sería tan sonado que tardaría años en olvidarse. Capitaneó la operación tal y como se había esperado, con rigurosidad y