Ultimamente me he enganchado a la novela gráfica (que es como se suele llamar a un comic para adultos, por si alguien pregunta qué es eso) "Fábulas". Trata sobre los personajes de los mundos de fábula (como su nombre indica), que han tenido que huir de su mundo natal porque un "Enemigo" les ha invadido y masacrado, y ahora están en nuestro mundo, como lo llaman ellos, "de los mundanos", y tienen que apañarse para sobrevivir. Las historias son bastante crudas, los personajes muy reales y creíbles, sus problemas muy jodidos, y los finales casi nunca felices. Vamos, que tiene de cuento de hadas los nombres de los personajes, y poco más. Cada historia tiene un dibujante distinto, y además de los tomos que siguen la historia principal, hay tomos autoconclusivos que complementan a la primera, pero que no son necesarios para seguir el hilo. Algunas de las historias no brillan por la pericia de su dibujante, pero el argumento las salva a la mayoría.
Ahora bien, aparte de mi opinión personal sobre el argumento y el dibujo de Fábulas, tengo que añadir que me gusta leerlo, porque viendo que a los supuestos personajes de los cuentos de hadas les pasan las mismas cosas que a todo hijo de vecino me siento un poco menos timada. Quiero decir, muchas niñas de mi generación crecimos escuchando esos cuentos en los que la princesa - porque siempre es una princesa - encuentra al principe azul, y el final siempre es feliz, y viven felices y comen perdices... Y bueno, las habrá más crédulas y menos, pero cuando una abandona la niñez y la pubertad, y se da de boca con que la realidad se parece a lo que le contaron de pequeña como un huevo a una castaña... ¿Alguien más, aparte de mi, sintió ganas de pedir que le devolvieran el dinero?
Pero ahora es diferente. El Príncipe Azul le puso los cuernos a Blancanieves con su hermana RosaRoja. Los Siete Enanitos solo eran una panda de bándalos que se dedicaban a raptar doncellas para violarlas, y al final vieron su muerte a manos de la última de sus víctimas. Ricitos de Oro es una nazi reaccionaria con sed de sangre que se dedica a matar a todo el que no está de acuerdo con ella. Jack, el de las judías mágicas, es un timador al que todos sus intentos por hacerse rico le salen del revés.
Oye, eso sí se parece un poco más al mundo en el que me han soltado. Ese es el tipo de cuento que haría que una niña no se sintiera timada cuando dejase de ser niña. Bueno, igual le traumatizaría un poco la infancia, pero seguro que luego no se sentiría timada.
Mira, ahora, cuando piense en Blancanieves, no haré un mohín y me lamentaré porque a mi no me puedan pasar las cosas que le pasan a ella. En vez de eso, pensaré "Bueno, ella está igual de jodida que yo; mal de muchos..."
Ahora bien, aparte de mi opinión personal sobre el argumento y el dibujo de Fábulas, tengo que añadir que me gusta leerlo, porque viendo que a los supuestos personajes de los cuentos de hadas les pasan las mismas cosas que a todo hijo de vecino me siento un poco menos timada. Quiero decir, muchas niñas de mi generación crecimos escuchando esos cuentos en los que la princesa - porque siempre es una princesa - encuentra al principe azul, y el final siempre es feliz, y viven felices y comen perdices... Y bueno, las habrá más crédulas y menos, pero cuando una abandona la niñez y la pubertad, y se da de boca con que la realidad se parece a lo que le contaron de pequeña como un huevo a una castaña... ¿Alguien más, aparte de mi, sintió ganas de pedir que le devolvieran el dinero?
Pero ahora es diferente. El Príncipe Azul le puso los cuernos a Blancanieves con su hermana RosaRoja. Los Siete Enanitos solo eran una panda de bándalos que se dedicaban a raptar doncellas para violarlas, y al final vieron su muerte a manos de la última de sus víctimas. Ricitos de Oro es una nazi reaccionaria con sed de sangre que se dedica a matar a todo el que no está de acuerdo con ella. Jack, el de las judías mágicas, es un timador al que todos sus intentos por hacerse rico le salen del revés.
Oye, eso sí se parece un poco más al mundo en el que me han soltado. Ese es el tipo de cuento que haría que una niña no se sintiera timada cuando dejase de ser niña. Bueno, igual le traumatizaría un poco la infancia, pero seguro que luego no se sentiría timada.
Mira, ahora, cuando piense en Blancanieves, no haré un mohín y me lamentaré porque a mi no me puedan pasar las cosas que le pasan a ella. En vez de eso, pensaré "Bueno, ella está igual de jodida que yo; mal de muchos..."
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