Ir al contenido principal

Hoy en Barrio Sésamo: Preservativos

Imagínate la siguiente situación:
Entras en la farmacia para comprar preservativos. Cruzas las puertas del establecimiento, y te colocas frente al estante en el que los tienen expuestos. Por lo pronto hay de dos marcas, pero eso no importa realmente, con que no se rompa te da igual la marca que sea. Pero aparte de haber dos marcas, en el estante hay como dos docenas de cajas de diferentes colores. En una primera criba ves que están los que se colocan fácilmente y los que no. Vale, obviamente, uno prefiere los que se colocan fácilmente, hasta aquí no es tan difícil discriminar.
Pero luego están los que retrasan. Y luego los que aceleran. Y los estriados. Y los extrafinos. Y los de efecto frío (¿?). Y los XL. Y los XXL. Y los lubricados. Y los impregnados con espermicida. Y los de sabores.
Qué pretenden los fabricantes de preservativos haciéndolos de tantos tipos, ¿confundirnos con tanta variedad? ¿Para qué se supone que sirven las estrías? ¿Y qué narices es eso del efecto frío? ¿Para qué narices quiere uno que el preservativo sepa a chocolate, por Dios? ¿Cómo se supone que un trozo de plástico va a acelerar el proceso? ¿Y cómo va a retrasarlo?
Te decides: Quieres unos que se pongan fácilmente, pero que no tengan nada más. No quieres estrías, ni grosor extra, ni grosor de menos, ni sabor a fresa, ni tamaño grande, ni tamaño extra grande. Unos normalillos y cómodos, ya está. Buscas el paquete en la estantería.
Y no hay de esos. No hay preservativos normales y corrientes, sin ningún extra. Bueno, de hecho, sí hay preservativos normales, pero no de colocación fácil. Y la última vez que compraste unos que no eran de colocación fácil, tiraste media caja a la basura.
Te preguntas si los fabricantes de preservativos serán todos unos pervertidos fetichistas, o si pensarán que los que somos unos pervertidos fetichistas somos los usuarios. ¿Por qué te obligan a comprar todas esas excentricidades, si tu lo único que quieres es echar un polvo normal y corriente?
Y ahora, el final de la escena... ¿Sales de la farmacia sin comprar nada, confundido y contrariado? ¿O compras algún paquete de los estrambóticos, porque total, todos sirven para lo mismo, al fin y al cabo?

Comentarios

  1. Definitivamente es absurdo... XD

    Pero no, los gruesos son de sexo anal, los de sabores para sexo oral, los que llevan espermicida son para evitar embarazos no deseados en caso de rotura (que no otras sorpresas en caso de rotura), los de retardante para los Biilly el Rápido de hoy en día, los de acelerante... ¿existen?, los de efecto frío para pieles sensibles, los estriados para estimulación clitoriana (y ahora los venden con anillo vibrador).

    No es tan dificil... ¿o seré yo un depreavado?

    ResponderEliminar
  2. XDDD No, si ya lo sabía ^^ La entrada de blog lo que pretende es ser cómica, porque hay de todos los tamaños, tipos y colores, menos normales :P
    Y por cierto, para el anal también van bien los de poliuretano.

    ResponderEliminar
  3. poliuretano? mira que siempre había creido que para eso los mejores eran los de adamantium... XD

    ResponderEliminar
  4. XDDDD Pues eso lo oí en el programa este de "En tu casa o en la mía", o sea que debe ser cierto... Otra cosa ya es que lo de los de adamantium sea cierto, claro XDDDD

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Cosas para hacer bulto mientras se me ocurre algo

Estoy fascinada. Llevo más de dos semanas de convivencia con otras cinco chicas, en una casa que si bien de modo absoluto es desproporcionadamente grande, al añadir el dato de que alberga a seis féminas se vuelve de tamaño medio. La segunda ducha - ahora ya está demostrado, con voltímetro y notario incluidos - da calambre, así que sólo tenemos un cuarto de baño completo para ducharnos. El suelo de tarima flotante tiene complejo de capa tectónica y no para de ondularse y abombarse por todos lados. Durante dos terribles días el fregadero y la lavadora se declararon en huelga y se negaron a expulsar agua por sus respectivos desagues. Internet sólo va como Dios manda en el salón, y en las habitaciones nos dedicamos a conectarnos a las redes no seguras que estén detectables en cada momento - menos yo, que como mi habitación no es exterior no cojo ninguna -. El extractor de la cocina sólo funciona cuando el calentador está parado y las luces secundarias de la cocina apagadas. Vamos, que no p

Crónica de una búsqueda de piso - Tercera entrega: Como toda trilogía, la tercera parte es la última

Sí señores, parece que ya tengo un lugar a donde irme a vivir cuando me vaya de la trampa psicológica en la que se ha convertido mi actual hogar. Y es una pena, porque tras cada mudanza paso por un periodo de adaptación que suele durar entre dos y tres meses, durante los cuales estoy bastante de los nervios porque no reconozco mi hogar en el sitio en el que vivo. Y ya llevo tres mudanzas en menos de un años. Echad cuentas de cuántos meses he estado de los nervios. .. ........................................ Primera parte aquí Segunda parte aquí Viernes. Ese día tenía concertadas tres visitas a pisos: Un ático a compartir con otras tres chicas a las seis y media, un piso a compartir con una francesa y una inglesa a las siete y media, y otro a compartir con dos chicos y una chica a las ocho y media. Tras una agradable comida con Trini y un no menos agradable paseo por el abrasador sol de Madrid centro, cogí el autobús en Guzmán el Bueno en dirección a Argüelles, la zona donde estaban los

Oda a mi ego (o Porque Yo Lo Valgo)

Ayer tenía la intención de empalmar, dado que me he tirado todo el fin de semana durmiendo, y tengo el sueño ya no cambiado, sino totalmente desquiciado. Pensaba que una terapia de choque me lo regularía, aunque al final acabé yéndome a la cama a las tres y cuarto, porque se me cerraban los ojos frente al ordenador y no podía teclear y usar la tableta gráfica mientras me sujetaba los párpados, me faltaban manos. Así que sobre las tres de la mañana comencé a recoger el chiringuito y a preparar las cosas para hoy, que iba a ser un día muy liado. En uno de los paseos por el cuarto me vi reflejada en el espejo. Por algún extraño motivo, suelo ponerme bastante guapa cuando tengo sueño o estoy especialmente decaída - es por eso por lo que afirmaré hasta la muerte que yo he nacido para gótica -, y como ayer se cumplían los dos supuestos, incluso con ojeras y todo me gustó mucho mi reflejo. Así que cogí el móvil, y me hice unas cuantas fotos en las que, oh milagro de la naturaleza, apenas sí s