Ir al contenido principal

Hoy toca reflexiones

No es que piense en ello constantemente, pero no sé si me termina de gustar sentirme diferente.

He sufrido durante toda mi vida el no poder integrarme en ningún lado. Ya no sólo era mi nombre, lo primero que me marcó en el colegio, y por el cual fui presa de multitud de bromas pesadas. Era mi manera de ser, mi manera de hablar y de comportarme, mis gustos. Todo en mi.
Lo del nombre lo superé pronto. Pero lo de ser rara lo llevé como un estigma hasta hace bien poco. Probé haciendo amistad con otro tipo de gente, también rara, que pensé que sería más afín a mi. Pero seguí sintiéndome fuera de lugar. Veía como frente a mi se hacían amistades inseparables, se formaban parejas, se compartía todo. Lo veía, y solamente eso. Yo estaba allí, y eso no les molestaba. Pero no era más que "la rara", nunca fui una más del grupo.
Y ser la rara entre una pandilla de raros ya tiene mérito.

Debido a mis inquietudes, he conocido a bastante gente peculiar en mi vida. Personas muy diferentes entre ellas, que sobresalían de la multitud por un motivo u otro, pero que se sentían integradas y a gusto en el grupo de gente a través del que yo les había conocido. A mi eso nunca me pasó. Siempre me sentí fuera de lugar, ajena a la intimidad que compartían los demás a mi alrededor.

No es que con el tiempo se me haya pasado, es que me acostumbré a este hecho. Puede que me diera cuenta que esas personas, que presumían de ser diferentes, no eran más que una copia del arquetipo de la tribu urbana a la que pertenecieran, pero yo, estuviera donde estuviese, siempre era diferente. Nunca era igual, al menos no totalmente, al resto.
Asumí el hecho de que nunca me sentiría a gusto en ningún lado.

Una vez alguien, al oír esto de mi boca, me respondió: "Encajas entre mis brazos".
Pero el tiempo ha demostrado que se equivocaba.

Y ahora que más o menos esgrimo con orgullo mi total incapacidad para integrarme en un grupo social, y que me tomo mi incomodidad cuando estoy con gente con más o menos humor, me da por preguntarme si no será más que una máscara para ocultar cuánto me duele no haberme sentido nunca parte de un grupo. No es que quisiera ser la reina del baile de graduación, entre otras cosas porque de eso no tenemos en España, pero...

Y lo peor es que, aún muriéndome de ganas de ser como los demás, yo misma me lo impido.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Una por partes (4)

Carlota abrió los ojos. Y los cerró casi de inmediato, cegada por la luz de la habitación. Tenía muchísimo calor, pero cuando intentó apartar la manta notó que no podía mover el brazo. No le dolía, pero lo tenía totalmente entumecido. Asustada, se dio cuenta de que su otro brazo y sus piernas estaban igual. Intentó mover el tronco, con el mismo resultado. Volvió a abrir los ojos, esta vez más despacio, y vio un techo y unas paredes blancas que no eran las de su cuarto. Alguien entró en su campo de visión y comenzó a acariciarle el pelo y darle besos en la frente. Parecía que hablaba, pero Carlota sólo podía escuchar un eco lejano, como si la estuvieran hablando a través de agua. La persona que la abrazaba se alejó y Carlota pudo ver que era su madre, que tenía la cara bañada en lágrimas. Intentó preguntarle dónde estaba, pero no consiguió articular ningún sonido. Su madre le puso el índice sobre los labios, como para que guardara silencio, y le dijo algo con una sonrisa llorosa....

¿Por qué las mujeres corren con las piernas juntas?

Me prometí a mi misma que no comentaría nada de esto en mi blog, porque ya bastante fama de misógina tengo como para encima echar más leña al fuego, pero es que todos los días viendo este extraño comportamiento ya clama a los dioses... Que os lo habéis ganado a pulso chicas, yo lo siento pero es así ._.U Para variar, esta entrada va dirigida a las que se den por aludidas directamente, y a nadie más. Si al leerlo piensas "¿yo hago eso?", está claro que no va por ti XDD Y siempre desde el cariño y sin ánimo de ofender, espero que os lo toméis como lo que es, una sátira. ................................. Siempre que veo a una mujer - o joven, o niña, o aborto mal completado - correr, ya sea para coger el metro, persiguiendo al petardo de la pandilla, o cruzando por un semáforo en rojo, me fijo en que nunca doblan las rodillas. Dan saltitos con las piernas prácticamente rectas, como si caminasen pero intentando ir rápido. O como si alguien les hubiese atado las rodillas con una c...

Harta

Estoy harta. Muy harta. Me hartaba cuando me decíais cómo debía vivir, y me callaba. Me hartaba cuando me enumerabais todo lo que era bueno o malo para mi, y me callaba. Me hartaba cuando me decíais qué fallaba en mi manera de ser, qué fallaba en mi vida, por qué no era feliz, y me callaba. Me callaba y agachaba la cabeza incluso cuando me enseñabais el tono en el que debía hablarle a los demás. Y vosotros, con vuestro inconmensurable ego sacado de Dios sabe dónde, creíais que lo hacía no por educación - cosa de la que a todas luces vosotros carecéis -, sino porque teníais razón. No os parabais a pensar que quizá lo que para vosotros era tan bueno a mi igual me parecía una mierda; simplemente "sabíais" que las cosas se debían hacer como las hacíais vosotros. Cuestionabais mi modo de vida delante de gente que me era querida y me valoraba, y no sólo me heristeis a mi, sino que hicisteis que quien os oía comenzase a pensar lo mismo que vosotros. Y aún así me callaba. Habéis hech...