Ir al contenido principal

La pobre princesita - Final

Me dijeron que mi madre era una mujer bellísima. De cabellos largos y sedosos, ojos azules como el mar, modales intachables, risa cristalina...

Sí, me han contado un millar de cosas sobre mi madre, que murió dándome a luz. Me han dicho que tenía los cabellos negros como la noche más oscura, y también que los tenía dorados como un campo de maíz en verano. Que era delgada y de movimientos ágiles, y que era voluptuosa como una matrona. Que era enfermiza y delicada, y que era lozana y trabajadora...

Lo único que tiene aspecto de ser cierto es que mi madre era la criada del molinero. Y a todas luces, también su puta, porque cualquiera que nos vea juntos a él y a mi, por muy tonto que sea, es capaz de ver el parecido. Y nos ven juntos muy a menudo, porque no sé qué más habré heredado de mi madre, pero lo que sí ha pasado a mí es la condición de criado del molinero.

A veces, cuando me manda a limpiar la posada - la posadera enviudó recientemente, y a cambio de "ciertos favores", le está ayudando a llevar el local -, tengo la suerte de oír cosas interesantes mientras restriego el suelo de madera con arena y lejía. Oigo cómo caballeros bien vestidos, ataviados con capa y sombrero de ala ancha, conversan sobre la situación del reino. Reino, qué palabra más grande, cuando lo único que yo conozco es esta sucia aldea y estos suelos de madera que nunca terminan de estar limpios.

Escucho conversaciones sobre la caída de un reino. Sobre un ataque sorpresa, sobre una gran matanza en un castillo.

Parece ser que la única hija de los reyes no apareció entre las decenas de cadáveres. Nunca encontraron su cuerpo, y todos estos hombres con capa y sombrero que veo un día tras otro se dedican a buscarla desde hace muchos años. Algunos han desistido, otros siguen en su búsqueda. Porque esa niña es la heredera legítima del reino, y si ella o algún descendiente suyo les liderase, tendrían poder legítimo para levantarse contra el déspota de su actual señor.
Por no mencionar que todos y cada uno de los caballeros a los que he visto quieren desposarla, pese a que de encontrarla, podría ser la madre de la mayoría, y la abuela de alguno...

A veces fantaseo con que soy el hijo de esa mujer. He hecho cuentas, y no es del todo imposible, teniendo en cuenta que yo nací unos quince meses después de la caída de la familia real. Además, esta aldea queda muy cerca del castillo, la princesa podría haber llegado hasta aquí a pie.
Qué agradable sería ir vestido con suntuosas ropas en vez de con estos harapos, y que me sirvieran, en vez de ser yo quien sirve. Además, he visto alguno de los retratos de la princesa, y creo que me doy un aire a ella. Qué bonito sería salir de esta pocilga y ver el mundo que se extiende más allá de los campos de maíz y hortalizas...

Tengo que dejar de fantasear con estas estupideces. Me están retrasando, y aún tengo que limpiar las habitaciones y volver para prepararle la cena a mi padre antes de que vuelva de los campos, o me ganaré otra paliza...

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sin abono transportes

El lunes 25 de Mayo de este año pagué un abono transportes. Y digo pagué, porque como no me dieron el abono transportes, el verbo "comprar" no tiene mucho significado en la frase. Tras hablar con el operario que estaba en la taquilla en ese momento, que este efectuase las llamadas pertinentes, y que me pidiese mi DNI, mi número de cuenta, y el recibo que la expendedora me había dado, se llegó a la resolución de que, efectivamente, se había cometido un error y había que ingresarme en mi cuenta el dinero que había pagado por el abono. Aclaro a priori que yo no puse ninguna reclamación. El operario hizo él todas las gestiones necesarias, y se solucionó el problema en media hora. Yo no rellené ningún formulario de reclamación, ni me entregaron ningún justificante de reclamación. Sólo me dieron un justificante de "Comunicación de incidencias con repercusión económica en instalaciones de venta y peaje", en el que se declaraba que Metro de Madrid debía ingresarme los 60,60...

Los manuales son para los débiles

Resulta curioso que escriba esto justo tras la entrada en la que admito que un manual en concreto me resultó útil. Pero soy mujer, contradecirme de una frase a otra es una de mis prerrogativas. Que si resulta que después de todo no era tan diferente al resto de mujeres, pues qué tontería no beneficiarme de las ventajas de ser lerd... mujer, verdad?. Esta entrada no es realmente graciosa, es sólo un chiste privado. Pero me apetecía escribirla. .................................... Mi amiga Trini se ha unido a la moda de los JASE (jóvenes aunque sobradamente emancipados), y ayer me invitó a ver su casa después del trabajo. La casa es una cucada, ya le he dicho que mejor no la pierda de vista que igual un día se despierta y se encuentra que me he llevado la casa. Lo que más me ha molado ha sido el orden de prioridades en que la está amueblando: Salvo los muebles que ya estaban, está prácticamente vacía. Sólo ha puesto una cosa en las estanterías del salón. Un tomo de Sandman. Para cenar sa...

Oda a mi ego (o Porque Yo Lo Valgo)

Ayer tenía la intención de empalmar, dado que me he tirado todo el fin de semana durmiendo, y tengo el sueño ya no cambiado, sino totalmente desquiciado. Pensaba que una terapia de choque me lo regularía, aunque al final acabé yéndome a la cama a las tres y cuarto, porque se me cerraban los ojos frente al ordenador y no podía teclear y usar la tableta gráfica mientras me sujetaba los párpados, me faltaban manos. Así que sobre las tres de la mañana comencé a recoger el chiringuito y a preparar las cosas para hoy, que iba a ser un día muy liado. En uno de los paseos por el cuarto me vi reflejada en el espejo. Por algún extraño motivo, suelo ponerme bastante guapa cuando tengo sueño o estoy especialmente decaída - es por eso por lo que afirmaré hasta la muerte que yo he nacido para gótica -, y como ayer se cumplían los dos supuestos, incluso con ojeras y todo me gustó mucho mi reflejo. Así que cogí el móvil, y me hice unas cuantas fotos en las que, oh milagro de la naturaleza, apenas sí s...