Abres el periódico. No esperas encontrar ninguna noticia relevante; a fin de cuentas, es un periodicucho gratuito, más un panfleto propagandístico que otra cosa, en manos del poder político y económico reinante en cada momento en este país en el que reina la libertad de expresión, siempre que digas lo que los que mandan quieren que digas. Pasas las páginas de noticias nacionales e internacionales, ojeas someramente las de sucesos, ignoras las de sociedad, y vas directo a las de programación, para decidir qué canal verás esta noche. Cuando acabas - y no has tardado ni la mitad de los minutos que afirma la portada que se tarda en leer -, doblas el periódico y lo colocas en el espacio entre la ventana y el asiento del tren, y paseas la mirada por el vagón, distraido, soñoliento, pensando en las pocas ganas que tienes de ir a trabajar un lunes, en la lista de la compra, en el plan para el fin de semana, en las tetas de la rubia que está sentada frente a ti...
Y al girar la cabeza hacia la ventana de tu derecha, algo te llama la atención. Repites a la inversa el arco que acaban de trazar tus ojos, y una fotografía en el periódico que está leyendo la anciana que se sienta a tu lado te hace soltar una exclamación. No estás muy seguro de que sea quien acabas de reconocer, así que recoges el periódico que acabas de desechar, buscas la página por la que la anciana lo tiene abierto, y lees el artículo.
Sí, el nombre coincide. Sí, la biografía y la profesión coinciden. Pero aún no te lo terminas de creer. Doblas apresuradamente el periódico, que se te cae al suelo en el proceso, pero no te agachas a recogerlo. Sacas el móvil, y marcas su número. Una voz perezosa te responde.
- ¿Mñsi?
- Oye, acabo de ver el periódico...
Una risa irónica te corta en mitad de la frase
- Eres el séptimo que me llama para decírmelo. ¿No podíais esperaros a que estuviera despierta? Por Dios, Alex me ha llamado a las seis y media
- Ah... perdona. - Pero aún no ha solucionado tu duda - Pero... ¿de veras eres tú?
Otra risa. Esta vez parece más una carcajada, de hecho.
- Pues sí. Ya sé que es difícil de creer, con la foto y el nombre y todos los datos avergonzantes sobre mi vida, que no dan ninguna pista sobre quién es... Pero sí, soy yo.
- Pero eso... ¡Es fantástico! ¡Felicidades! Yo...
- Son las siete y cuarto de la mañana, y es mi primer día de vacaciones... ¿Te importaría llamarme a partir de la una? Si quieres hasta quedo a comer contigo, o a cenar cuando salgas del curro. Pero tío, es que tengo sueño...
- Sí, si, vale - Pues sí que han tardado poco en subírsele los humos a la señorita... - Pues te llamo esta tarde entonces... ¡Y felicidades de nuevo!
Cuando cuelgas, recoges el maltrecho periódico del suelo, y vuelves a la página con el reportaje. No te lo puedes creer. Te entran ganas de decirle a la anciana de tu lado que la que sale en la foto de la página que lee es amiga tuya. Te entran ganas de decírselo a todo el mundo. Eres amigo de una famosa... Y te empiezas a morir de envidia al pensarlo.
- Tendrá suerte, la muy guarra...
Y al girar la cabeza hacia la ventana de tu derecha, algo te llama la atención. Repites a la inversa el arco que acaban de trazar tus ojos, y una fotografía en el periódico que está leyendo la anciana que se sienta a tu lado te hace soltar una exclamación. No estás muy seguro de que sea quien acabas de reconocer, así que recoges el periódico que acabas de desechar, buscas la página por la que la anciana lo tiene abierto, y lees el artículo.
Sí, el nombre coincide. Sí, la biografía y la profesión coinciden. Pero aún no te lo terminas de creer. Doblas apresuradamente el periódico, que se te cae al suelo en el proceso, pero no te agachas a recogerlo. Sacas el móvil, y marcas su número. Una voz perezosa te responde.
- ¿Mñsi?
- Oye, acabo de ver el periódico...
Una risa irónica te corta en mitad de la frase
- Eres el séptimo que me llama para decírmelo. ¿No podíais esperaros a que estuviera despierta? Por Dios, Alex me ha llamado a las seis y media
- Ah... perdona. - Pero aún no ha solucionado tu duda - Pero... ¿de veras eres tú?
Otra risa. Esta vez parece más una carcajada, de hecho.
- Pues sí. Ya sé que es difícil de creer, con la foto y el nombre y todos los datos avergonzantes sobre mi vida, que no dan ninguna pista sobre quién es... Pero sí, soy yo.
- Pero eso... ¡Es fantástico! ¡Felicidades! Yo...
- Son las siete y cuarto de la mañana, y es mi primer día de vacaciones... ¿Te importaría llamarme a partir de la una? Si quieres hasta quedo a comer contigo, o a cenar cuando salgas del curro. Pero tío, es que tengo sueño...
- Sí, si, vale - Pues sí que han tardado poco en subírsele los humos a la señorita... - Pues te llamo esta tarde entonces... ¡Y felicidades de nuevo!
Cuando cuelgas, recoges el maltrecho periódico del suelo, y vuelves a la página con el reportaje. No te lo puedes creer. Te entran ganas de decirle a la anciana de tu lado que la que sale en la foto de la página que lee es amiga tuya. Te entran ganas de decírselo a todo el mundo. Eres amigo de una famosa... Y te empiezas a morir de envidia al pensarlo.
- Tendrá suerte, la muy guarra...
asi es la vida en España xD
ResponderEliminarAsí cómo? o_O XDDDD
ResponderEliminarCualquier persona puede acabar siendo famoso por ser amigo/conocido de.....?
ResponderEliminarAsí es España...
Lo que más me gustó fue el: "tendrá suerte la muy guarra...." Porque lo dice con todo el alma la verdad.
Síncreible como diría Forges.
A ver si algún día consigo ser yo la que pongan a parir todos sus amigos ^^U
ResponderEliminar