Un día de esos que una se levanta preguntona, me dio por preguntar a mi jefe de proyecto - que es fotógrafo en su tiempo libre - sobre la rigidez de horarios. Me explicó que antes, en el departamento en el que estamos nosotros, la gente se tomaba lo de la "flexibilidad horaria" a coña, y las supuestas ocho horas y media diarias acababan reducidas a poco más de siete. Todo esto me lo dijo muy serio y con tono de total comunión con la decisión que se tomó para acabar con el cachondeo. Y yo, también muy seria, le pregunté: "O sea, que porque los jefes de proyecto no hicieron su trabajo, yo no puedo entrar una hora antes para poder salir una hora antes y atender a clase, ¿no?"
Porque son los jefes de proyecto los que deben controlar que sus subordinados hagan las horas de trabajo que tienen que hacer.
La respuesta fue "Si, pero algo tenían que hacer para que la gente se tomase el trabajo en serio"
Otro día, asistí a una pequeña discusión referente a unos tickets restaurante que no se habían entregado a tiempo. Curiosamente, a mi tampoco me los habían entregado a tiempo, aunque yo no montara el numerito en mitad del pasillo para mostrar mi indignación. Y de nuevo me dio el día tonto, y le pregunté a mi jefe de proyecto por qué había tanto cachondeo a la hora de dar los tickets restaurante, que supuestamente se daban una vez al mes, pero en la práctica se entregaban más o menos cada mes y tres semanas. Me respondió que antes se repartían más a menudo, pero que los empleados empezaron a coger tickets cada diez y quince días, y al final hubo que ponerse drástico. De nuevo, me lo dijo con el tono de quien opina que se hizo lo correcto. Yo, con los ojos como platos, con mi expresión de "entiendo lo que me quieres decir, pero voy a hacer como si no lo hiciera para tocar los cojones", le pregunto de nuevo: "O sea, que porque los de recursos humanos no hicieron su trabajo, yo no tengo tickets restaurante, ¿no?". Porque quien debe controlar que los tickets se den una vez al mes y no más a menudo son los de recursos humanos.
Y de nuevo la misma respuesta: "Sí, pero algo se tenía que hacer"
Ayer cuando sonó el despertador, observé con pasmo que mi cuerpo se había revelado. No solo a la hora de levantarme mis músculos se negaron a moverse, sino que mi estómago se negó a retener el café del desayuno, y mi garganta se negó a emitir sonidos inteligibles cuando intenté llamar al trabajo para decir que no iba a poder ir. Y para más inri, cuando me acerqué arrastrándome al centro de salud de al lado de donde vivo, para que me atendieran y me firmasen un justificante de no asistencia al trabajo, la muy bien maquillada - aunque de poco le servía - funcionaria que me atendió al otro lado del mostrador me dijo que como no estaba empadronada allí, no iban a atenderme, y que debía ir a mi centro de salud (que queda como a hora y cuarto de donde vivo ahora, dicho sea de paso) si quería que me viera un médico.
Conseguí llegar hasta el centro de salud al que estoy adscrita, y tras hora y media de espera y otra hora de reconocimiento y análisis, el dictamen del médico fue que lo que tengo son nervios. Me pregunto la envergadura de dichos nervios, que han sido capaces de impedirme moverme, e incluso hablar, durante horas.
Si es que últimamente no paro de preguntar tonterías...
Porque son los jefes de proyecto los que deben controlar que sus subordinados hagan las horas de trabajo que tienen que hacer.
La respuesta fue "Si, pero algo tenían que hacer para que la gente se tomase el trabajo en serio"
Otro día, asistí a una pequeña discusión referente a unos tickets restaurante que no se habían entregado a tiempo. Curiosamente, a mi tampoco me los habían entregado a tiempo, aunque yo no montara el numerito en mitad del pasillo para mostrar mi indignación. Y de nuevo me dio el día tonto, y le pregunté a mi jefe de proyecto por qué había tanto cachondeo a la hora de dar los tickets restaurante, que supuestamente se daban una vez al mes, pero en la práctica se entregaban más o menos cada mes y tres semanas. Me respondió que antes se repartían más a menudo, pero que los empleados empezaron a coger tickets cada diez y quince días, y al final hubo que ponerse drástico. De nuevo, me lo dijo con el tono de quien opina que se hizo lo correcto. Yo, con los ojos como platos, con mi expresión de "entiendo lo que me quieres decir, pero voy a hacer como si no lo hiciera para tocar los cojones", le pregunto de nuevo: "O sea, que porque los de recursos humanos no hicieron su trabajo, yo no tengo tickets restaurante, ¿no?". Porque quien debe controlar que los tickets se den una vez al mes y no más a menudo son los de recursos humanos.
Y de nuevo la misma respuesta: "Sí, pero algo se tenía que hacer"
Ayer cuando sonó el despertador, observé con pasmo que mi cuerpo se había revelado. No solo a la hora de levantarme mis músculos se negaron a moverse, sino que mi estómago se negó a retener el café del desayuno, y mi garganta se negó a emitir sonidos inteligibles cuando intenté llamar al trabajo para decir que no iba a poder ir. Y para más inri, cuando me acerqué arrastrándome al centro de salud de al lado de donde vivo, para que me atendieran y me firmasen un justificante de no asistencia al trabajo, la muy bien maquillada - aunque de poco le servía - funcionaria que me atendió al otro lado del mostrador me dijo que como no estaba empadronada allí, no iban a atenderme, y que debía ir a mi centro de salud (que queda como a hora y cuarto de donde vivo ahora, dicho sea de paso) si quería que me viera un médico.
Conseguí llegar hasta el centro de salud al que estoy adscrita, y tras hora y media de espera y otra hora de reconocimiento y análisis, el dictamen del médico fue que lo que tengo son nervios. Me pregunto la envergadura de dichos nervios, que han sido capaces de impedirme moverme, e incluso hablar, durante horas.
Si es que últimamente no paro de preguntar tonterías...
Joder...
ResponderEliminar¿y las ostias, cuando se reparten? Porque veo que andan bastante necesitados de ellas...
(Joder, yo una vez tuve que pedir una baja en fuenlabrada y no estaba empadronado y no me pusieron pegas... También fué porque fuí a urgencias y al hospital¿quizá?)
Este... me olvidé de decir...
ResponderEliminarYo he tenido nervios como los tuyos...
Me hicieron tener pánico, dejar el trabajo, vomitar y no poder salir de la cama...
Espero que hayas mejorado (bueno, creo que si lo has hecho, entonces que no te pase de nuevo ^^U)
Nah, que me tocó la funcionaria con el síndrome premenstrual, qué se le va a hacer ._.
ResponderEliminarNo creo que haya tenido ese tipo de nervios, eh? En primer lugar porque no he dejado de ir a trabajar (más me vale no dejar de hacerlo). Pero bueno, no quiero hablar sobre eso no vaya a ser que alguien se piense que me hago la víctima. Simplemente soy una persona nerviosa, ya tá.