Ir al contenido principal

Ataque de celos informáticos

El otro día, mi ordenador tuvo un ataque de celos.
Ya me había puesto cómoda y me disponía a perder un rato de lo que me quedaba de noche mirando el correo y jugando al World of Warcraft, cuando de pronto, por los altavoces se oyó una voz femenina llena de rencor.
"Ya no lo aguanto más"
De primeras no acerté a adivinar de dónde venía la voz, así que pegué un bote en la silla, alarmada. Mi ordenador continuó su lamento.
"Me he estado callando todos tus desprecios, pero esto ya es demasiado"
Noto que la voz sale de los altavoces, y pensando que es algún pop up con publicidad, cierro todas las ventanas del navegador.
"Ah no, ¡me niego a que sigas fingiendo que no sucede nada!"
Sorprendida, se me ocurre preguntar en voz alta:
"Eh... ¿eres mi ordenador?"
"¡Pues claro que soy yo!", obtengo por respuesta. "¿Qué te pensabas, que iba a quedarme siempre callada en casa mientras tú te tiras todo el día con esas furcias, que Dios sabe por cuántas manos habrán pasado? ¡No puedo entender cómo no te da asco!"
Adivino, más que deduzco, que se refiere a los ordenadores que uso en el trabajo. Intento explicarme, aunque como nunca he hablado con una computadora, no sé exactamente qué palabras elegir.
"Pero... es que soy programadora, tengo que usar ordenadores en mi trabajo..."
"¡Trabajo! ¡Va y lo llama trabajo!"
La voz del ordenador me hace daño en los oídos, así que acerco mi mano al altavoz para bajar el volumen, pero al tocarlo me suelta una descarga. Asustada, me echo hacia atrás en la silla.
"He estado callada mucho tiempo. He aguantado que te tirases todo el día de un lado a otro, pasando el tiempo con todas esas otras furcias que se dejan usar por cualquiera. He aguantado abnegada en casa, sola y amontonando polvo, soportando que apenas me usases unos minutos durante la noche, y lo he hecho sin decir palabra. Pero esta vez es diferente... ¡Ahora te arreglas para ir a ver a la zorra con la que estás! ¡Esta vez significa algo más, lo sé! ¡Y yo ya no me lo puedo callar!"
Silencio. Me quedo anonadada unos momentos. O sea, que mi ordenador está teniendo un ataque de celos porque voy arreglada al trabajo...
"Eh... pero... verás... es que en este trabajo me obligan a ir arreglada... no es por el ordenador ni nada, es solo..."
"¡Y yo voy y me lo creo!" Me corta, hablando cada vez más alto "¿Te arreglabas para todas las demás? ¿No, verdad? ¿Qué necesidad de arreglarte tienes para sentarte delante de un ordenador durante ocho horas? ¡Y sin embargo lo haces! ¡Yo me quedo con las migajas, siempre con chandal o pijama cuando vienes a verme, y para esa zorra te arreglas!"
La cpu del ordenador, que está colocada a un lado en mi mesa, comienza a soltar chispas. Asustada de veras, me levanto y salgo corriendo hacia la toma de corriente. Mientras lo hago, oigo los altavoces rugir de rabia.
"¡No creas que puedes huir de mi! ¡Tarde o temprano tendrás que volver, y entonces tendrás que escuchar tod...!"
Desenchufé la cpu, y los gritos cesaron. Aún en estado de shock, me acerqué bacilante al ordenador. Sí, parecía que estaba en calma.

"Mierda de Windows Vista", murmuro, empezando a buscar en mi escritorio los cds de instalación de sistemas operativos. "De esta me paso a Debian, que al menos no es celoso".

Comentarios

  1. XP es más tradicional.
    Se calla y te las mete dobladas cuando pueda, peor normalmente también te pone los cuernos con otros users (padres, madres, etc...)

    Good Work ^^

    ResponderEliminar
  2. xD La historia esta graciosa, pero no le veo mucho sentido a echarle la culpa al vista...al fin y al cabo, es el sistema operativo mas coqueto, con sus transparencias y sus pijadas xDD

    ResponderEliminar
  3. Precisamente! Como es el más coqueto, es el más celoso! XDDDD

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

¿Por qué las mujeres corren con las piernas juntas?

Me prometí a mi misma que no comentaría nada de esto en mi blog, porque ya bastante fama de misógina tengo como para encima echar más leña al fuego, pero es que todos los días viendo este extraño comportamiento ya clama a los dioses... Que os lo habéis ganado a pulso chicas, yo lo siento pero es así ._.U Para variar, esta entrada va dirigida a las que se den por aludidas directamente, y a nadie más. Si al leerlo piensas "¿yo hago eso?", está claro que no va por ti XDD Y siempre desde el cariño y sin ánimo de ofender, espero que os lo toméis como lo que es, una sátira. ................................. Siempre que veo a una mujer - o joven, o niña, o aborto mal completado - correr, ya sea para coger el metro, persiguiendo al petardo de la pandilla, o cruzando por un semáforo en rojo, me fijo en que nunca doblan las rodillas. Dan saltitos con las piernas prácticamente rectas, como si caminasen pero intentando ir rápido. O como si alguien les hubiese atado las rodillas con una c...

Una por partes (4)

Carlota abrió los ojos. Y los cerró casi de inmediato, cegada por la luz de la habitación. Tenía muchísimo calor, pero cuando intentó apartar la manta notó que no podía mover el brazo. No le dolía, pero lo tenía totalmente entumecido. Asustada, se dio cuenta de que su otro brazo y sus piernas estaban igual. Intentó mover el tronco, con el mismo resultado. Volvió a abrir los ojos, esta vez más despacio, y vio un techo y unas paredes blancas que no eran las de su cuarto. Alguien entró en su campo de visión y comenzó a acariciarle el pelo y darle besos en la frente. Parecía que hablaba, pero Carlota sólo podía escuchar un eco lejano, como si la estuvieran hablando a través de agua. La persona que la abrazaba se alejó y Carlota pudo ver que era su madre, que tenía la cara bañada en lágrimas. Intentó preguntarle dónde estaba, pero no consiguió articular ningún sonido. Su madre le puso el índice sobre los labios, como para que guardara silencio, y le dijo algo con una sonrisa llorosa....

Harta

Estoy harta. Muy harta. Me hartaba cuando me decíais cómo debía vivir, y me callaba. Me hartaba cuando me enumerabais todo lo que era bueno o malo para mi, y me callaba. Me hartaba cuando me decíais qué fallaba en mi manera de ser, qué fallaba en mi vida, por qué no era feliz, y me callaba. Me callaba y agachaba la cabeza incluso cuando me enseñabais el tono en el que debía hablarle a los demás. Y vosotros, con vuestro inconmensurable ego sacado de Dios sabe dónde, creíais que lo hacía no por educación - cosa de la que a todas luces vosotros carecéis -, sino porque teníais razón. No os parabais a pensar que quizá lo que para vosotros era tan bueno a mi igual me parecía una mierda; simplemente "sabíais" que las cosas se debían hacer como las hacíais vosotros. Cuestionabais mi modo de vida delante de gente que me era querida y me valoraba, y no sólo me heristeis a mi, sino que hicisteis que quien os oía comenzase a pensar lo mismo que vosotros. Y aún así me callaba. Habéis hech...