Desde el 2006, este día, el día en el que se estrenó Star Wars: A New Hope, ha sido declarado por no sé quién como el día del orgullo friki. Es este un día de reivindicación, en el que todos los autodenominados frikis (que quizá deberían echar un vistazo al verdadero significado de la palabra antes de esgrimirla con orgullo) salen a la calle a reclamar su derecho a ser raros y a poder hacer cosas raras - cosa que nadie les impide, por cierto -, y normalmente hacen esas reivindicaciones disfrazados de sus personajes de culto de cómics, películas o videojuegos.
Y yo me pregunto: "¿El que la instauración del día del orgullo friki me parezca una soberana gilipollez hace que no sea friki?"
Como vivimos en España, está claro que no necesitamos ningún motivo para montar una fiesta, y yo soy la primera que en cuanto la palabra "expo" o "salón de" aparece en algún cartel por el metro, saco mis disfraces de Zelgadiss, Alita, Alta Inquisidora Whitemane, Crimson Viper y estudiante de Bible Black, y me juego a los chinos cuál me pondré esta vez. Pero con este día me pasa un poco como con San Valentin, navidades, el día de la mujer, o el día del orgullo gay. No me disgusta que estén ahí, porque así a ciertas personas les ayudará a recordar que no hay que ir por la vida pisoteando a los que se salgan de la norma, pero las cosas que reivindican no deberían limitarse a una fiesta de órdago un día al año, que tampoco creo que sirva para que se les tenga en mayor estima sino más bien al contrario, sino a la constante y orgullosa manifestación - dentro de los límites del civismo, por supuesto - de las características que hacen diferente al colectivo que toque. No tiene por qué haber un día para serlo: Se es, y punto.
En concreto, me da un poco de grima este día, porque el término friki, igual que el término otaku, en su idioma original es un adjetivo bastante peyorativo, que no tiene nada que ver con que a uno le guste Star Wars o Naruto. Un freak es un marginado, un bicho raro, un parásito de la sociedad, en el sentido más despectivo que uno pueda imaginar. El hecho de que fueran precisamente esos "freaks" los que comenzasen a encontrar gusto en hobbies como el rol o los videojuegos no quiere decir ni que a todo el que le gusten esas cosas se le tenga que llamar freak, ni que a todos los freaks les vayan a gustar esas cosas.
Como los españoles somos así de guays, y nos encanta vestirnos todos iguales para reivindicar que somos diferentes, cogimos el término y, al igual que como lo hicimos ya con el peyorativo japonés "otaku", lo convertimos en algo no solo bueno, sino digno de sentirse orgulloso. Se ve que "eres raro", o "te gustan cosas muy raras" era demasiado largo, y ya se sabe, la economía del lenguaje es lo que tiene.
Y la degeneración no terminó ahí. El término friki se extendió de tal manera, que llegó a un punto en el que ver bricomanía era signo inequívoco de que eras un friki. Bastaba con que hubieses visto los Goonies para erigirte como estandarte de frikeza. El término se convirtió en una bandera, un santo y seña para la gente descontenta con el sistema y con ganas de sentirse diferente. Ya no solo servía para denominar a la gente realmente diferente - más por sus defectos que por sus virtudes -, sino a cualquiera que no tuviese suficiente dinero para hacerse de una tribu urbana con un poco más de clase, y aún así quisiese sentirse especial y único en esta sociedad en lo que lo homogéneo es lo que reina.
¿Y qué pasó? Pues lo que pasa con todo: Que el "frikismo" se puso de moda. Se convirtió en algo que hacía la mayoría. Se "homogeneizó", podría decirse. Si no te gustaban "cosas frikis" eras un títere del sistema, y el mero hecho de saber quién era R2D2 ya te liberaba de su yugo.
Ahora todo el mundo quiere ser friki, todo el mundo reivindica su diferencia, su rebeldía hacia un mundo al que realmente le importa un bledo su vida, pero contra el que tienen la necesidad de rebelarse, y curiosamente piensan que ir en el metro leyendo el Silmarillion es la mejor manera.
Ya casi no hay frikis. Casi todo son adolescentes con ganas de ser diferentes, que se apuntan a la moda del momento. Y ser friki y estar de moda, desde siempre, han sido antónimos.
A mi desde siempre me ha gustado el manga, y todo tipo de cómic que cayese en mis manos en general (aunque en estos ultimos años, especialmente si es pornográfico). Considero Regreso al Futuro la mejor trilogía de la historia del cine, Los Goonies es una película de culto para mi, puedo cantar los Openings de todas y cada una de las series que veía cuando era pequeña, me encanta salir los viernes y sábados vestida con traje medieval de terciopelo negro, y mi indumentaria normal cuando no voy al trabajo (ni peso media tonelada), es ropa gótica. Lo flipo con la literatura de fantasía épica (y con cualquier libro en general), entiendo y fomento las coñas informáticas, compro en Thinkgeek, me sé el monólogo del tío que vendía hamburguesas de rata en Demolition Man y el de Roy Batty en Blade Runner, pienso que Ricky O es Dios y Chuck Norris su profeta, tengo síndrome de abstinencia si no juego al World of Warcraft durante más de una semana, me tiño el pelo como Jennefer de Vengerberg, y yo también creía que Serpiente Plissken era más alto. Pero por mucho que la gente se empeñe en que soy friki, yo, aunque no lo niego, discrepo ligeramente. Simplemente soy rarita, nada más.
Y aún así, a pesar de todo lo que opino, hoy, en el uniforme de persona respetable que llevo para ir al trabajo he prendido una chapa en la que aparece Hello Kitty armada con una AK-47. Sólo por si a alguien se le ocurre pensar en algún momento que sea una persona normal.
Y os deseo a todos un feliz día del orgullo friki. Brindo porque las librerías y tiendas de rol a las que todos tenemos libre acceso y que cada vez proliferan más sigan abiertas, y por que las convenciones de cómic, películas y videojuegos, que se celebran profusamente por todo el globo y tienen seguidores hasta en Omicron Persei VIII no tengan que cerrar nunca sus puertas debido al yugo de la gente que nunca ha querido cerrarlas, y a las que les da igual que estén o no ahí.
Fuera coñas, muchas felicidades a todos, os hagáis llamar frikis o no, en este precioso día. A ver si esta tarde me animo y salgo a la calle con en uniforme de Bible Black, sólo por ver qué pasa.
Y yo me pregunto: "¿El que la instauración del día del orgullo friki me parezca una soberana gilipollez hace que no sea friki?"
Como vivimos en España, está claro que no necesitamos ningún motivo para montar una fiesta, y yo soy la primera que en cuanto la palabra "expo" o "salón de" aparece en algún cartel por el metro, saco mis disfraces de Zelgadiss, Alita, Alta Inquisidora Whitemane, Crimson Viper y estudiante de Bible Black, y me juego a los chinos cuál me pondré esta vez. Pero con este día me pasa un poco como con San Valentin, navidades, el día de la mujer, o el día del orgullo gay. No me disgusta que estén ahí, porque así a ciertas personas les ayudará a recordar que no hay que ir por la vida pisoteando a los que se salgan de la norma, pero las cosas que reivindican no deberían limitarse a una fiesta de órdago un día al año, que tampoco creo que sirva para que se les tenga en mayor estima sino más bien al contrario, sino a la constante y orgullosa manifestación - dentro de los límites del civismo, por supuesto - de las características que hacen diferente al colectivo que toque. No tiene por qué haber un día para serlo: Se es, y punto.
En concreto, me da un poco de grima este día, porque el término friki, igual que el término otaku, en su idioma original es un adjetivo bastante peyorativo, que no tiene nada que ver con que a uno le guste Star Wars o Naruto. Un freak es un marginado, un bicho raro, un parásito de la sociedad, en el sentido más despectivo que uno pueda imaginar. El hecho de que fueran precisamente esos "freaks" los que comenzasen a encontrar gusto en hobbies como el rol o los videojuegos no quiere decir ni que a todo el que le gusten esas cosas se le tenga que llamar freak, ni que a todos los freaks les vayan a gustar esas cosas.
Como los españoles somos así de guays, y nos encanta vestirnos todos iguales para reivindicar que somos diferentes, cogimos el término y, al igual que como lo hicimos ya con el peyorativo japonés "otaku", lo convertimos en algo no solo bueno, sino digno de sentirse orgulloso. Se ve que "eres raro", o "te gustan cosas muy raras" era demasiado largo, y ya se sabe, la economía del lenguaje es lo que tiene.
Y la degeneración no terminó ahí. El término friki se extendió de tal manera, que llegó a un punto en el que ver bricomanía era signo inequívoco de que eras un friki. Bastaba con que hubieses visto los Goonies para erigirte como estandarte de frikeza. El término se convirtió en una bandera, un santo y seña para la gente descontenta con el sistema y con ganas de sentirse diferente. Ya no solo servía para denominar a la gente realmente diferente - más por sus defectos que por sus virtudes -, sino a cualquiera que no tuviese suficiente dinero para hacerse de una tribu urbana con un poco más de clase, y aún así quisiese sentirse especial y único en esta sociedad en lo que lo homogéneo es lo que reina.
¿Y qué pasó? Pues lo que pasa con todo: Que el "frikismo" se puso de moda. Se convirtió en algo que hacía la mayoría. Se "homogeneizó", podría decirse. Si no te gustaban "cosas frikis" eras un títere del sistema, y el mero hecho de saber quién era R2D2 ya te liberaba de su yugo.
Ahora todo el mundo quiere ser friki, todo el mundo reivindica su diferencia, su rebeldía hacia un mundo al que realmente le importa un bledo su vida, pero contra el que tienen la necesidad de rebelarse, y curiosamente piensan que ir en el metro leyendo el Silmarillion es la mejor manera.
Ya casi no hay frikis. Casi todo son adolescentes con ganas de ser diferentes, que se apuntan a la moda del momento. Y ser friki y estar de moda, desde siempre, han sido antónimos.
A mi desde siempre me ha gustado el manga, y todo tipo de cómic que cayese en mis manos en general (aunque en estos ultimos años, especialmente si es pornográfico). Considero Regreso al Futuro la mejor trilogía de la historia del cine, Los Goonies es una película de culto para mi, puedo cantar los Openings de todas y cada una de las series que veía cuando era pequeña, me encanta salir los viernes y sábados vestida con traje medieval de terciopelo negro, y mi indumentaria normal cuando no voy al trabajo (ni peso media tonelada), es ropa gótica. Lo flipo con la literatura de fantasía épica (y con cualquier libro en general), entiendo y fomento las coñas informáticas, compro en Thinkgeek, me sé el monólogo del tío que vendía hamburguesas de rata en Demolition Man y el de Roy Batty en Blade Runner, pienso que Ricky O es Dios y Chuck Norris su profeta, tengo síndrome de abstinencia si no juego al World of Warcraft durante más de una semana, me tiño el pelo como Jennefer de Vengerberg, y yo también creía que Serpiente Plissken era más alto. Pero por mucho que la gente se empeñe en que soy friki, yo, aunque no lo niego, discrepo ligeramente. Simplemente soy rarita, nada más.
Y aún así, a pesar de todo lo que opino, hoy, en el uniforme de persona respetable que llevo para ir al trabajo he prendido una chapa en la que aparece Hello Kitty armada con una AK-47. Sólo por si a alguien se le ocurre pensar en algún momento que sea una persona normal.
Y os deseo a todos un feliz día del orgullo friki. Brindo porque las librerías y tiendas de rol a las que todos tenemos libre acceso y que cada vez proliferan más sigan abiertas, y por que las convenciones de cómic, películas y videojuegos, que se celebran profusamente por todo el globo y tienen seguidores hasta en Omicron Persei VIII no tengan que cerrar nunca sus puertas debido al yugo de la gente que nunca ha querido cerrarlas, y a las que les da igual que estén o no ahí.
Fuera coñas, muchas felicidades a todos, os hagáis llamar frikis o no, en este precioso día. A ver si esta tarde me animo y salgo a la calle con en uniforme de Bible Black, sólo por ver qué pasa.
X-DDDD
ResponderEliminar(cuidadín, que ser friki o significa ser freak; leonardo dantés es freak, y yo, por saber quién es, soy friki :-D)
La verdad que eso pensamos los que tuvimos que abrir brecha. Los que fuimos a los primeros salones del Comic de Madrid en el palacio de los deportes(antes de que se quemara).
ResponderEliminarA mi no me disgusta, tengo amigos y compañeros de trabajo que no van de frikis pero solo hace falta hablar un poco con ellos o que surga el tipico momento en donde encajas una coña/dialogo de alguna peli mitica para que luego se escape una carcajada y se de el tipico reconocimiento silecioso xD
Eso si, lo que no aguanto son los tipicos de : Que friki soy tio, mira mi cartera forrada de chapas y parches. Luego haces alguna coña y se te quedan mirando con cara de pez.
Este dia esta bien, pero espero que tambien lleveis todos vuestras toallas!
A Ender: Y qué razón tienes ^^U Pero el término friki sigue viniendo el originario Freak... pero sí, no seré yo quien niege que eres un friki XDD
ResponderEliminarA Kagemaru: Otro con el que coincido. Si siento eso con respecto a este día es porque yo fui de los primeros, a los que realmente miraban mal (bueno, siempre me han mirado mal, pero creo que se entiende el simil).
Y sí, no se me ha olvidado la toalla... de hecho he estado a punto de ponerme la camiseta del "42" bajo la camisa, pero al final, no sé por qué, he preferido no hacerlo... XDD
Y sí, no se me ha olvidado la toalla... de hecho he estado a punto de ponerme la camiseta del "42" bajo la camisa, pero al final, no sé por qué, he preferido no hacerlo... XDD
ResponderEliminarLo unico malo de llevar esa camiseta es que luego son todo preguntas ;)