Y bueno, esta última parte la escribí cuando me empecé a encontrar mejor. Como ya no me sentía tan mal, la calidad baja considerablemente en relación al resto de los poemas, pero creo que dado que el ciclo de "A Chat With Lestat" ilustra cada fase de un desengaño amoroso, era justo que la gente supiera que la última fase es superarlo, que uno no se queda enquistado en la desesperación. Esta última parte no la pasé a ordenador. La hoja de papel en la que lo escribí sigue en mi carpeta, tras 7 años, llena de tachones y con estrofas descartadas. Es gracioso ver los versos que no forman parte del poema, de veras quería decir muchas cosas, pero creo que la parte que di como buena ilustra mejor que todo lo demás lo que quería transmitir.
Es en estos poemas en los que me estoy refugiando ahora, que he vuelto a pasar por algo parecido (ya me vale, volver a la adolescencia a mis 26 tacos). No consigo entender cómo pude llega a sentir tanta amargura con 19 años, después de mi primer desengaño amoroso, pero releer estos poemas me ha recordado lo mal que lo pasé. Me sorprende, de veras, porque si me paro a reflexionar ahora sobre ello, aunque sé que estuve dos años deprimida, no logro entender por qué me afectó tanto algo tan nimio. Y leyendo estos poemas veo que me afectó mucho. Pero si conseguí salir de ello, por muchos dos años que me costara, eso significa que saldré ahora, que no me encuentro ni de lejos tan mal. En cuánto tiempo, bueno, eso es otro cantar. Pero el caso es que saldré.
Eso es lo que ilustran los poemas: El ciclo. No solo del amor que se acaba, sino del sufrimiento que pasa. Porque al final todo se va. Todo. Así que igual que el amor se me ha ido de las manos, esperaré pacientemente a que el sufrimiento haga lo mismo. Cuando escribí "A Chat With Lestat" no lo pretendía, pero me dejó testimonio escrito de mis propios sentimientos, y de que - para bien o para mal - lo voy a superar. Saldré un poco menos confiada y un mucho más amargada, pero saldré.
Quinta y última parte del pack, que tiene de título "The End". Transcrita de la hoja donde está la única copia de éste poema, escrito hace 7 años.
Es en estos poemas en los que me estoy refugiando ahora, que he vuelto a pasar por algo parecido (ya me vale, volver a la adolescencia a mis 26 tacos). No consigo entender cómo pude llega a sentir tanta amargura con 19 años, después de mi primer desengaño amoroso, pero releer estos poemas me ha recordado lo mal que lo pasé. Me sorprende, de veras, porque si me paro a reflexionar ahora sobre ello, aunque sé que estuve dos años deprimida, no logro entender por qué me afectó tanto algo tan nimio. Y leyendo estos poemas veo que me afectó mucho. Pero si conseguí salir de ello, por muchos dos años que me costara, eso significa que saldré ahora, que no me encuentro ni de lejos tan mal. En cuánto tiempo, bueno, eso es otro cantar. Pero el caso es que saldré.
Eso es lo que ilustran los poemas: El ciclo. No solo del amor que se acaba, sino del sufrimiento que pasa. Porque al final todo se va. Todo. Así que igual que el amor se me ha ido de las manos, esperaré pacientemente a que el sufrimiento haga lo mismo. Cuando escribí "A Chat With Lestat" no lo pretendía, pero me dejó testimonio escrito de mis propios sentimientos, y de que - para bien o para mal - lo voy a superar. Saldré un poco menos confiada y un mucho más amargada, pero saldré.
Quinta y última parte del pack, que tiene de título "The End". Transcrita de la hoja donde está la única copia de éste poema, escrito hace 7 años.
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Estuve muerta y he resucitado.
Perdí la vista y vuelvo a ver el mundo.
Anduve sorda y muda, y hoy despierto
y puedo comprenderlo.
Que todo el sufrimiento
no ha sido más que un sueño.
Un letargo tan largo
para volver a cero,
sabiendo que no se ha ganado nada,
que solamente he perdido el tiempo
llorando por quien no es digno de ello.
Por miedo, por cobarde,
no he visto hasta este día
que el sol sigue saliendo,
que por temer que su luz me quemara
he sido yo quien no ha querido verlo.
Quizá de nuevo duela
esta condena que es el estar vivo.
No obstante, si la noche de la que huyo
me lo arrebató todo,
como no sea la vida
no creo que este día
pueda quitarme mucho.
No pienso huir de nuevo de la luz
por mucho que la tema.
Se me ha ofrecido otra oportunidad
y esta vez el miedo no será
lo que me venza.
Estuve muerta y he resucitado.
Perdí la vista y vuelvo a ver el mundo.
Anduve sorda y muda, y hoy despierto
y puedo comprenderlo.
Que todo el sufrimiento
no ha sido más que un sueño.
Un letargo tan largo
para volver a cero,
sabiendo que no se ha ganado nada,
que solamente he perdido el tiempo
llorando por quien no es digno de ello.
Por miedo, por cobarde,
no he visto hasta este día
que el sol sigue saliendo,
que por temer que su luz me quemara
he sido yo quien no ha querido verlo.
Quizá de nuevo duela
esta condena que es el estar vivo.
No obstante, si la noche de la que huyo
me lo arrebató todo,
como no sea la vida
no creo que este día
pueda quitarme mucho.
No pienso huir de nuevo de la luz
por mucho que la tema.
Se me ha ofrecido otra oportunidad
y esta vez el miedo no será
lo que me venza.
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