Más que nada actualizo porque las visitas a este blog han aumentado considerablemente desde que Ender reseñó en Sinergia sin Control y en Yo soy Keiser Soze mi periplo con las expendedoras de billetes de Metro, así que supongo que alguien habrá interesado en saber cómo ha acabado esto.
Me siento un poco amargada y desengañada con el sistema desde ese episodio. Me explico:
- Llamé a la OCU: Me dijeron que si me quejaba era de gusto.
- Mandé cartas a periódicos, programas de radio, Madrid Directo y al Defensor del Pueblo: Nadie publicó mi carta (bueno, 20 Minutos sí, en la Web), ni la comentó en el programa, ni mucho menos me han respondido.
- Envié correos a todos los bloggers que conozco, pidiéndoles que, ya que Internet es el único medio donde parece que todavía se respeta la supuesta libertad de opinión que hay en España, reseñaran lo que me había sucedido, a ver si al menos montaba barullo y los de Metro se acojonaban: Sólo me han respondido afirmativamente dos personas, una de las cuales quiere seguir reuniendo datos para poder meterse con Metro de Madrid, lo cual me parece - y no es ironía - cojonudo (y espero ansiosa el momento en el que las haya reunido), por lo que a día de hoy solo una persona ha publicado mi queja en su blog.
O sea, que tengo que volver a revisar el significado de "democracia" y "libertad de expresión" en el diccionario, y si sigue significando lo que yo recordaba haber leído, debería escribir a la Real Academia de la Lengua Española, comentándoles que añadan una pequeña frase al significado de dichas palabras: "Siempre y cuando lo que se opine no esté en contra de lo que promulga y promueve el gobierno en el momento en que se quiera expresar"
Muy frustrada, tuve que admitir que ellos habían ganado, y el martes, habiendo cobrado, me volví a comprar el abono. Con los billetitos que me compré el lunes pensaba interponer una demanda de daños y perjuicios, pero el sabor amargo que me ha quedado al ver lo bien que funciona el sistema para callar a la gente cuando se intenta hacer oír me está quitando las ganas hasta de quejarme por el blog.
Mañana se cumplen los quince días desde que me dieron mi recibo - porque yo no puse ninguna reclamación, repito -, así que voy a pasarme por mi banco antes de ir al curro, y si no me han ingresado el dinero, simplemente cancelaré el pago. Si ellos no saben hacer su trabajo, yo no voy a estar jodida más tiempo del necesario. Que tengo la habitación aún a medio amueblar.
Muchas gracias a Ender y a Jose A. Pérez, de verdad. Gracias a Dios, aún queda gente a la que le quedan ganas de contar las verdades de lo que pasa en España - aunque sea algo tan gilipollesco como que se han quedado el dinero de mi abono- , pese a que la mayoría parece ser más feliz pensando que viven en el quinto cielo.
Me siento un poco amargada y desengañada con el sistema desde ese episodio. Me explico:
- Llamé a la OCU: Me dijeron que si me quejaba era de gusto.
- Mandé cartas a periódicos, programas de radio, Madrid Directo y al Defensor del Pueblo: Nadie publicó mi carta (bueno, 20 Minutos sí, en la Web), ni la comentó en el programa, ni mucho menos me han respondido.
- Envié correos a todos los bloggers que conozco, pidiéndoles que, ya que Internet es el único medio donde parece que todavía se respeta la supuesta libertad de opinión que hay en España, reseñaran lo que me había sucedido, a ver si al menos montaba barullo y los de Metro se acojonaban: Sólo me han respondido afirmativamente dos personas, una de las cuales quiere seguir reuniendo datos para poder meterse con Metro de Madrid, lo cual me parece - y no es ironía - cojonudo (y espero ansiosa el momento en el que las haya reunido), por lo que a día de hoy solo una persona ha publicado mi queja en su blog.
O sea, que tengo que volver a revisar el significado de "democracia" y "libertad de expresión" en el diccionario, y si sigue significando lo que yo recordaba haber leído, debería escribir a la Real Academia de la Lengua Española, comentándoles que añadan una pequeña frase al significado de dichas palabras: "Siempre y cuando lo que se opine no esté en contra de lo que promulga y promueve el gobierno en el momento en que se quiera expresar"
Muy frustrada, tuve que admitir que ellos habían ganado, y el martes, habiendo cobrado, me volví a comprar el abono. Con los billetitos que me compré el lunes pensaba interponer una demanda de daños y perjuicios, pero el sabor amargo que me ha quedado al ver lo bien que funciona el sistema para callar a la gente cuando se intenta hacer oír me está quitando las ganas hasta de quejarme por el blog.
Mañana se cumplen los quince días desde que me dieron mi recibo - porque yo no puse ninguna reclamación, repito -, así que voy a pasarme por mi banco antes de ir al curro, y si no me han ingresado el dinero, simplemente cancelaré el pago. Si ellos no saben hacer su trabajo, yo no voy a estar jodida más tiempo del necesario. Que tengo la habitación aún a medio amueblar.
Muchas gracias a Ender y a Jose A. Pérez, de verdad. Gracias a Dios, aún queda gente a la que le quedan ganas de contar las verdades de lo que pasa en España - aunque sea algo tan gilipollesco como que se han quedado el dinero de mi abono- , pese a que la mayoría parece ser más feliz pensando que viven en el quinto cielo.
no hay nadas como pasarse 3 horas en transporte público como para identificarte con alguien :-D
ResponderEliminarXDDDD
ResponderEliminarPues debes de ser el único de toda España que usa el transporte público, aparte de mi ^^U
este tipo de empresas y actitudes solo merecen la destrucción y la ira....
ResponderEliminaryo me tiré 15 años chupando transporte público madrileño (al final decidí ir en bici arriesgando el pellejo) y entiendo perfectamente a lo que te enfrentas...
vae victis!
Yo hace ya más de 2 años que no pago un solo billete. Y con mucho gusto pago las multas que me caen de vez en cuando: el balance es positivo. Se lo tienen muy bien merecido por incompetentes.
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