No me digas tu nombre

Entrada antigua - Hola Ender! - que en su momento quité porque la presenté a un concurso de relatos. Como no gané nada - lo que no me sorprendió en absoluto, para ser sincera -, pues lo subo otra vez. Y como ando escasa de ideas ultimamente y me consta que tengo lectores nuevos que NO han leído esta entrada, la subo con fecha de hoy, no con la fecha original.
Y se han guardado los comentarios de la entrada original! Yupi! :P

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Hola, ¿Qué tal? ¿Tienes algo que hacer esta noche? Porque yo tengo una casa vacía, una cama lo bastante grande, y demasiada ansia de caricias. No, no las tuyas, pero dudo que eso sea algo que te concierna. ¿Me harías el favor de metérmela hasta que deje de querer a otro? Será un trabajo arduo, te voy avisando. Me siento sola, quiero compañía esta noche. No la tuya, pero seguramente tú tampoco quieras mi compañía. Nos quedamos con lo que podemos, no con lo que queremos. Tú querrías una mujer de verdad, yo desearía a otro hombre. Pero sólo quedamos nosotros en el local, y si paso una noche más sola con mis pensamientos, juro que me volveré loca. No subestimes el ofrecimiento, puede que sea la primera y la última vez que una mujer te ofrezca algo así. ¿Te importará que mientras nos usemos grite el nombre de otro? No, a mi tampoco me importará que me llames de otro modo. Ni siquiera te he dicho mi nombre, y no me interesa saber el tuyo. A oscuras te llamarás como yo desee. Y mañana, cuando salga el sol y ya no te necesite, no volverás a verme. Incluso te podrías llegar a preguntar si sólo he sido un sueño, si no fuera por el leve aroma a fresas con miel que emanará de tu ropa.

Fresas con miel. Sí, puedes llamarme así. Ahora llévame a tu casa, no quiero seguir hablando; quiero gritar hasta haber ahogado cualquier otro pensamiento. Esta noche no te toca dormir, otra vez será.