Este final de mes, como mi caja de ahorros es la más guay del mundo mundial, me ha bloqueado la tarjeta de débito.
¿Que por qué? Pues según mi madre, que fue la que les cogió el teléfono, porque "observaron movimientos sospechosos en la cuenta y pensaron que me habían robado la tarjeta".
Teniendo en cuenta que mi madre no se entera de la mitad de lo que le dicen, y que al contar las cosas se inventa la mitad de lo que dice, puedo creerme aproximádamente un cuarto de esa información.
O sea, que de la frase de 14 palabras, 3,5 son verdad.
Cuando mi madre colgó el teléfono, después de regañarme por seguir de baja el lunes - porque claro, que esté de baja no tiene nada que ver con que tenga un dolor de espalda que haga que desee estar muerta; es simplemente vaguería -, lo primero que hice fue comenzar a calcular combinaciones de 3,5 palabras de entre las 14 que tenía la frase de marras, sin repetición y teniendo en cuenta el orden (o sea, variaciones), para ver si alguna de ellas tenía algún sentido.
Pero cuando iba por el vigésimo quinto resultado, decidí que era más productivo acercarme a un Caja Madrid yo misma - cuando pudiera levantarme de la cama, se entiende. Es que ser una vaga duele mucho - y preguntar qué coño había pasado con mi tarjeta y por qué, si era verdad que me la habían bloqueado, no me habían llamado antes para preguntarme si me la habían robado o sólo era que con las rebajas me había vuelto loca.
Dos días después, a primero de mes y estando medio recuperada de mi vaguería en las costillas, de camino al curro me acerqué a la sucursal que hay cerca de donde trabajo, y me atendió el mismo tío que en su día me dijo que mi vida a él no le importaba. Más o menos con el mismo tono de aquel día mítico, me dice que efectivamente se habían observado movimientos extraños - qué bien leía el tío de la pantalla del ordenador, oye -, y se había procedido a anular la tarjeta.
Preocupada por lo que aquella morsa con gafas denominaba como "movimientos extraños", le pedí que me imprimiera los últimos movimientos de la cuenta, para poder cerciorarme de que nadie estaba haciendo cosas raras con mis magros efectivos. Cosa a la que se negó, claro está. ¿Porque desde cuando los cajeros deben atender a los clientes como es debido? Menudos disparates se me ocurren, pedir un extracto de últimos movimientos de mi cuenta y esperar que me lo den.
Tras un bonito tira y afloja porque el señor cajero no se terminaba de creer que yo fuera la titular, me dijo de viva voz, leyendo de nuevo del monitor, el último movimiento de la cuenta.
Claro que era totalmente normal que no me creyera cuando le decía que era yo la del nombre largo que salía en el monitor. A fin de cuentas tenía en mi poder mi tarjeta de débito que, según la pantallita brillante, había sido robada, así que lo más seguro era que, a pesar de tener el dni y ser idéntica a la de la foto que en él aparece, y poseer como ocho carnéts más y el abono transportes con el mismo nombre, no fuera yo la titular.
Oigo el último reintegro con tarjeta. Bueno, me digo, cuando saqué esa suma de dinero miré los últimos movimientos, y todo estaba en regla, y efectivamente esa había sido la última vez que había usado la tarjeta. Se lo comunico al cajero, y él, de nuevo, me dice que eso a él no le importa, que es lo que pone en la pantalla. A punto estuve de pedirle algún panfleto de esa religión suya tan rara, según la cual los monitores de tubo en gama de verdes son profetas. Pero algo en mi interior me dijo que era mejor callarse.
Tras quedarme claro que nadie me había robado la tarjeta que llevaba en mi monedero, sino que alguien se aburre mucho en mi caja de ahorros, vino lo peor. Porque pese a que todo indicaba que en aquel mostrador se podía sacar dinero si se era titular de una cuenta, el hombre que se sentaba tras él me lo negó rotundamente. Pero vamos a ver, le digo, tengo el dni, la Pantallita Verde de la Verdad dice que soy la titular, ¿por qué no puedo sacar dinero de mi propia cuenta?
"Porque no tiene la cartilla".
Bueno, pensé tras lograr contener el instinto asesino. No pasa nada, puedo esperar un día más. Haré de tripas corazón y le llevaré a este señor tan simpático y que tanto me ha ayudado la cartilla para que me deje sacar dinero de mi cuenta. Que se note quién manda.
Y hete aquí que hoy, día dos, aparezco en la oficina con mi cartilla, que llevo sin usar desde 2005, y con mi estado de ánimo más asertivo vuelvo a hablar con míster simpatía 2009, que me escupe a la cara que aquella libreta estaba obsoleta, que había que cambiarla.
Claro, oh sapientísimo, lo que usted diga, pero por Dios déjeme sacar dinero, que tengo que pagar un alquiler.
Contemplo impotente cómo saca un par de libretas, en todo idénticas a la mía pero supuestamente diferentes, y las actualiza. Lentamente. Muy lentamente. Putas impresoras matriciales, os maldigo a todas.
Y luego, por fin, cuando dejo de oír el ruido de las agujas golpeando contra el papel, formulo La Pregunta: "¿Puedo sacar dinero ahora?".
Estoy segura de que conocéis la respuesta de antemano.
"Sí, pero sólo pequeñas cantidades, para un parche. Verá, es que para eso están los cajeros, no puede usar el mostrador para sacar dinero con cartilla"
Claro, unos cajeros en los que no puedo operar con mi tarjeta porque a algún médium inepto le vino la iluminación de que si se sacaba dinero de mi cuenta era porque me habían robado la tarjeta. Y en los que no puedo operar con cartilla porque los cajeros fuera de las sucursales sólo admiten tarjeta, y los de dentro dejan de estar accesibles a las dos de la tarde.
Eso sí que se llama vivir al límite.
Me ha quedado un post quizá demasiado largo, en este sólo una propina:
Trini, hoy no te quejarás, eh? :P
¿Que por qué? Pues según mi madre, que fue la que les cogió el teléfono, porque "observaron movimientos sospechosos en la cuenta y pensaron que me habían robado la tarjeta".
Teniendo en cuenta que mi madre no se entera de la mitad de lo que le dicen, y que al contar las cosas se inventa la mitad de lo que dice, puedo creerme aproximádamente un cuarto de esa información.
O sea, que de la frase de 14 palabras, 3,5 son verdad.
Cuando mi madre colgó el teléfono, después de regañarme por seguir de baja el lunes - porque claro, que esté de baja no tiene nada que ver con que tenga un dolor de espalda que haga que desee estar muerta; es simplemente vaguería -, lo primero que hice fue comenzar a calcular combinaciones de 3,5 palabras de entre las 14 que tenía la frase de marras, sin repetición y teniendo en cuenta el orden (o sea, variaciones), para ver si alguna de ellas tenía algún sentido.
Pero cuando iba por el vigésimo quinto resultado, decidí que era más productivo acercarme a un Caja Madrid yo misma - cuando pudiera levantarme de la cama, se entiende. Es que ser una vaga duele mucho - y preguntar qué coño había pasado con mi tarjeta y por qué, si era verdad que me la habían bloqueado, no me habían llamado antes para preguntarme si me la habían robado o sólo era que con las rebajas me había vuelto loca.
Dos días después, a primero de mes y estando medio recuperada de mi vaguería en las costillas, de camino al curro me acerqué a la sucursal que hay cerca de donde trabajo, y me atendió el mismo tío que en su día me dijo que mi vida a él no le importaba. Más o menos con el mismo tono de aquel día mítico, me dice que efectivamente se habían observado movimientos extraños - qué bien leía el tío de la pantalla del ordenador, oye -, y se había procedido a anular la tarjeta.
Preocupada por lo que aquella morsa con gafas denominaba como "movimientos extraños", le pedí que me imprimiera los últimos movimientos de la cuenta, para poder cerciorarme de que nadie estaba haciendo cosas raras con mis magros efectivos. Cosa a la que se negó, claro está. ¿Porque desde cuando los cajeros deben atender a los clientes como es debido? Menudos disparates se me ocurren, pedir un extracto de últimos movimientos de mi cuenta y esperar que me lo den.
Tras un bonito tira y afloja porque el señor cajero no se terminaba de creer que yo fuera la titular, me dijo de viva voz, leyendo de nuevo del monitor, el último movimiento de la cuenta.
Claro que era totalmente normal que no me creyera cuando le decía que era yo la del nombre largo que salía en el monitor. A fin de cuentas tenía en mi poder mi tarjeta de débito que, según la pantallita brillante, había sido robada, así que lo más seguro era que, a pesar de tener el dni y ser idéntica a la de la foto que en él aparece, y poseer como ocho carnéts más y el abono transportes con el mismo nombre, no fuera yo la titular.
Oigo el último reintegro con tarjeta. Bueno, me digo, cuando saqué esa suma de dinero miré los últimos movimientos, y todo estaba en regla, y efectivamente esa había sido la última vez que había usado la tarjeta. Se lo comunico al cajero, y él, de nuevo, me dice que eso a él no le importa, que es lo que pone en la pantalla. A punto estuve de pedirle algún panfleto de esa religión suya tan rara, según la cual los monitores de tubo en gama de verdes son profetas. Pero algo en mi interior me dijo que era mejor callarse.
Tras quedarme claro que nadie me había robado la tarjeta que llevaba en mi monedero, sino que alguien se aburre mucho en mi caja de ahorros, vino lo peor. Porque pese a que todo indicaba que en aquel mostrador se podía sacar dinero si se era titular de una cuenta, el hombre que se sentaba tras él me lo negó rotundamente. Pero vamos a ver, le digo, tengo el dni, la Pantallita Verde de la Verdad dice que soy la titular, ¿por qué no puedo sacar dinero de mi propia cuenta?
"Porque no tiene la cartilla".
Bueno, pensé tras lograr contener el instinto asesino. No pasa nada, puedo esperar un día más. Haré de tripas corazón y le llevaré a este señor tan simpático y que tanto me ha ayudado la cartilla para que me deje sacar dinero de mi cuenta. Que se note quién manda.
Y hete aquí que hoy, día dos, aparezco en la oficina con mi cartilla, que llevo sin usar desde 2005, y con mi estado de ánimo más asertivo vuelvo a hablar con míster simpatía 2009, que me escupe a la cara que aquella libreta estaba obsoleta, que había que cambiarla.
Claro, oh sapientísimo, lo que usted diga, pero por Dios déjeme sacar dinero, que tengo que pagar un alquiler.
Contemplo impotente cómo saca un par de libretas, en todo idénticas a la mía pero supuestamente diferentes, y las actualiza. Lentamente. Muy lentamente. Putas impresoras matriciales, os maldigo a todas.
Y luego, por fin, cuando dejo de oír el ruido de las agujas golpeando contra el papel, formulo La Pregunta: "¿Puedo sacar dinero ahora?".
Estoy segura de que conocéis la respuesta de antemano.
"Sí, pero sólo pequeñas cantidades, para un parche. Verá, es que para eso están los cajeros, no puede usar el mostrador para sacar dinero con cartilla"
Claro, unos cajeros en los que no puedo operar con mi tarjeta porque a algún médium inepto le vino la iluminación de que si se sacaba dinero de mi cuenta era porque me habían robado la tarjeta. Y en los que no puedo operar con cartilla porque los cajeros fuera de las sucursales sólo admiten tarjeta, y los de dentro dejan de estar accesibles a las dos de la tarde.
Eso sí que se llama vivir al límite.
Me ha quedado un post quizá demasiado largo, en este sólo una propina:
Trini, hoy no te quejarás, eh? :P
Siento si los posts son cada vez más amargados. Intento que aún así queden entretenidos de leer, pero no sé si lo consigo del todo ._.U
ResponderEliminarQuejarme? Por qué?
ResponderEliminarUna foto de Hugh Jackman lo arregla todo xD
Respecto a la peripecia del Caja Madrid... tengo una pregunta tonta: en lugar de marearte con la cartilla, ¿no podían simplemente desbloquear la puta tarjeta???
Tía, la próxima vez que tengas que hacer cualquier cosa en tu banco, vete a otra sucursal. Anda que no hay Caja Madrides como para que tu tengas que estar aguantando al morsa-man ese...
Aunque yo personalmente prefiero la banca por Internet, de aquí a Manila.
Yo al llegar me hice cuenta en Cajamadrid, pero me parece que la voy a cancelar también. Además de los nulos beneficios comparada con el resto de los bancos que me dan (salvo que tienen muchos cajeros), he oído muchísimas quejas e historias de incompetencias y actos de mala fe. Así que me vuelvo a mi BBK, que he encontrado cajeros por Madrí estratégicamente situados.
ResponderEliminarPD: cuando te robó el Metro no le pusieron tantas pegas, verdad? Fuck'em!
PPD: te devolvieron la pasta al final, espero.
Hugh Jackman es un fucking crack
ResponderEliminarTu cajero es fucking, a secas.
Mi padre trabajaba en banca. Un día que me dió por comprar en una tienda de hong-kong, tuve que tranquilizar primero a mi padre (que llamó alarmado ante al transacción) y luego al operario del banco, que me lo volvió a preguntar. No me invalidaron la tarjeta, afortunadamente.
Mi experiencia con la gente de caja madrid en que son más o menos unos chulazos, pero sin el "más o menos". No sabes si te están diciendo las condiciones de una hipoteca o las de un secuestro, porque las condiciones son "innegociables".
Suena duro y frío además haciendo publicidad gratis pero vente con los del león :D cuanta menos gente trates mejor, y funciona que te cagas!!!!
ResponderEliminar@Trini: No, que digo que no te quejarás de frecuencia de actualización :P
ResponderEliminarRespondiendo a tu pregunta... Eso les dije yo, pero me dijeron que era "algo irreversible". Como el cambio de sexo o el calentamiento global, vamos.
Si entre que voy a cancelar esa cuenta y que allí no pienso volver en mi vida, poco más voy a verle el careto al borde ese :P
@Asbeel: Chico listo, tu quédate donde estuvieras, pero no te vayas a Caja Madrid >.<
No, aún no me lo han devuelto. Pensaba postear algo si a mediados de mes no me lo han devuelto, que me da que va a ser así ._.
@Ender: Pero al menos te llamaron, ves? hay gente que es competente y hace bien el trabajo por el que le pagan... a veces. Pero es que estos no lo hacen nunca :(
Entre lo que me ha pasado a mi y lo que me contáis vosotros, yo cancelo mañana mi cuenta >.<
@Patri: Y sin necesidad de que hagas publi, era ahí a donde me iba a ir :P Tengo cuenta de ahorros y nómina, lo que pasa es que no las uso. Mira, un buen momento para estrenarlas! ^^
A ver si te identificas con esto :P
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=7TYAQ0JWBzE&feature=related
Ay Dios, qué gracioso! XDDDD
ResponderEliminarTotalmente identificada, han captado el espíritu de los cajeros de los bancos :P
Me encanta Little Britain! ^^