Como últimamente no salgo de casa, y de camino al curro y de vuelta a casa el catálogo de cosas raras que me puede pasar es muy limitado, tendré que empezar a desempolvar alguna que otra escena de mi trastorna... asoci... esto... de mi adolescencia. ........................................................ Cuando rozaba la veintena - más bien por abajo que por arriba - mi amiga Patricia me organizó un par de citas a ciegas. Citas que organizó con la mejor de las intenciones, y que tuvieron un resultado fantástico. Si es que quería que me hiciese lesbiana, claro. Un día Patri le estaba intentando organizar una cita a ciegas a un amigo de un amigo que conoció por Internet - allá por los tiempos en que tener un módem de 56Kb era lo más -. Como todas las amigas libres de Patricia le dijeron que no, supongo que antes de comenzar a proponérselo a los hombres se le ocurrió que yo también era una mujer, y me lo preguntó. Antes de proseguir, añado un dato. Unas pocas semanas antes de lo que cuen...
Regocijémonos!!! Y esperemos el milagro de los milagros, que será cuando Asbeel abandone la talla 34.
ResponderEliminarPD: parece que lo hago por joder, pero no, es que soy así. Cada uno tiene sus objetivos :(
¬¬U
ResponderEliminarAquí yo alegrándome porque he pasado de estar oficialmente gorda a rellenita, y el niño me tiene que restregar por la cara que tiene el metabolismo de un hurón...
de un hurón friki con un palo en la mano, puntualicemos.
ResponderEliminarCon dos palos. El escrima se practica con dos ._. Los daños cerebrales va aparte, of course...
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