Crónicas de una viajera compulsiva

Nunca dejará de fascinarme la edad contemporánea.

¿Que por qué? Pues porque una persona puede estar en una ciudad un día, recorrer más de 600 kilómetros por la mañana, pasar la tarde y la noche con un grupo de personas que por distancia no debería haber conocido nunca pero a las que conoce y con las que habla a diario, y volver por la noche, para estar en casa a la mañana siguiente.

En eso estaba entretenida yo mientras el AVE viajaba entre Madrid y Zaragoza el sábado por la mañana, y para amenizarnos el viaje nos ponían "En nombre del rey", de Uwe Bowl. Entre que el protagonista de la película era Jason Statham - y había chorrocientos actores famosos más, pero sólo me sé el nombre de este. Por qué será... - y que las mujeres llevaban armaduras realistas, no pude dejar de mirarla de principio a fin. Bueno, por eso, y porque había algún cafre en el vagón que en vez de auriculares había conectado unos mini altavoces al audio, y ya que la estaba oyendo, qué menos que verla también. Además, Uwe Bowl lo vale XDDD

La verdad es que cuando llegué a Barna no sentí que me hubiese ido lejos... más que nada porque en la misma estación vi un McDonalds, y ya sabemos todos que la comida basura, y no otra cosa, es lo que une al mundo. Y la verdad es que la gente tampoco era muy distinta, aunque el número de tíos buenos por metro cuadrado había aumentado alarmantemente, y el de gente vestida de modo extravagante también. Yo me había puesto mis versátiles vaqueros rectos y camiseta negra de manga corta - con la chapa de Hello Kitty con la AK-47, eso siempre -, que junto con mis deportivas nike hacen que pase desapercibida en cualquier ambiente; pero juro que en la cola del McDonalds, rodeada de gente que parecía sacada de un catálogo de topicos sobre las tribus urbanas, sentí que destacaba por sosa.

Pronto tuve la oportunidad de comprobar por qué la gente estaba tan buena en Barna. En concreto, cuando me metí en el metro, y pasé más tiempo caminando por pasillos que montada en el vagón. Digo yo, que si querían promover el ejercicio, ¿no podían haber hecho como en Madrid y poner cartelitos chorras animando a la gente a subir andando las escaleras, en vez de poner más metros de pasillo - y siempre cuesta arriba, por cierto - que en una galería de arte?
Y cuando salí del metro la cosa no mejoró. Porque estuve caminando unos veinte minutos, y ni una sola de las calles por las que caminé era plana.

Siempre me he preguntado porqué en Cuenca, caminases en la dirección que caminases, siempre te tocaba ir cuesta arriba. Pues bien, Barcelona está afectada de la misma paradoja espacial, solo que como es más grande las cuestas son algo menos pronunciadas - aunque con la humedad del ambiente, que hace que los vaqueros se te pequen a las piernas como si estuviesen hechos de goma arábiga, la cosa empeora bastante -.

La verdad es que el metro de Barcelona mola lo suyo... las paradas tienen carteles con cuentas atrás del tiempo que queda para que pase el siguiente metro, y lo mejor es que parece ser que lo cumplen. Aunque los billetes son algo descomunales para el tamaño del monedero medio, los pasillos tienen el mismo efecto sauna que los del metro de Madrid, así que me sentí como en casa... Como si me estuviese recorriendo el trasbordo Noviciado-Plaza España una y otra vez con los pantalones chorreando agua, de hecho.

Y en fin, salvo el pequeño inconveniente de que la gente al hablar cambiaba de castellano a catalán sin darse cuenta - mitigado por el hecho de que aunque no lo hablo, no lo entiendo demasiado mal -, no estuvo mal la visita. A ver si en el futuro puedo apañármelas para pasar más rato viendo la ciudad, y menos grabando a frikis haciendo el moña... esto... que me lo pasé muy bien grabando el evento, vaya! XDDD

De la presentación de Cómics 2.0 propiamente dicha ya hablaré en el siguiente post, que no quiero mezclar temas XDD

Esta para que todos vean que estoy concienciada de que soy "rellenita", y estoy en proceso de arreglarlo.

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