Es navidad.
Sí, a estas horas, oficialmente, ya ha nacido el niño Jesús (al cual le va a tocar quedarse en el pesebre pasando frío hasta dentro de dos semanas que lleguen los reyes a adorarle, por cierto). Y eso, por algún motivo que no logro entender del todo, tiene que hacernos sentirnos felices, ser mejores personas, y ponernos a regalar estupideces a gente a la que no soportamos hasta que nos salga humo de la tarjeta de crédito.
Sí, sí, todos conocemos la convención social que dictan las navidades. Y también conocemos el efecto rebote que tiene en la mayor parte de la población española. De hecho, cada vez conozco a más gente que se siente decaída en navidad precisamente porque se siente obligada a ser feliz. O quizá la convención social esté cambiando, y ahora lo aceptable sea enfurruñarse porque las navidades se han vuelto un circo consumista... mientras se hacen las compras de rigor en El Corte Inglés, por supuesto.
...
Esta mañana he ido a retocarme el tinte. La peluquería cerraba a las dos, pero han terminado conmigo a las tres, así que seguía allí cuando han empezado a llegar amigos y compañeros de trabajo, una de ellos con una botella de champán que ha repartido amistosamente entre todos los presentes - si, clientas incluidas -, y con la que hemos brindado por las navidades, por una "merry christmas and a fucking new year", por la acera de en medio, y porque el 2010 nos traiga sexo.
Obviamente, las risas no han faltado.
Mientras estaba pagando, me han dado a probar un bizcocho que había hecho la hermana de una de ellas, de harina integral y chocolate.
Nos hemos despedido con una sonrisa en los labios, incluidos los que se deprimían en navidades, y llenos de buenos deseos hacia los demás.
Después de cenar con mi familia, al no haber transporte público disponible, he cogido un taxi para volver a mi casa. El taxista y yo hemos estado hablando amigablemente todo el viaje, y al bajar nos hemos deseado un feliz 2010 con una sonrisa en los labios.
No sé, pero a mi me da la sensación de que incluso si uno se empeña en enfurruñarse durante estas fechas, ya sea por motivos legítimos o por simple gana de salirse de la norma, algo sucede al final del año que nos endulza. Los desconocidos hablan entre ellos, los compañeros de trabajo brindan y festejan juntos, los amigos se fusilan a llamadas, smss, correos electrónicos y mensajes de twitter (y no sé lo que harán los novios, pero supongo que también pensarán mucho el uno en el otro). Y todo lo hacen con una sonrisa en los labios.
Quizá sean las menos horas de luz, que despiertan algún instinto de supervivencia primigenio en nuestra especie y hacen que, por una vez, dejemos de maquinar unos contra otros para unirnos en una improvisada hermandad. Quizá sea el frío, que nos hace buscar calor humano con más vehemencia que el resto del año. Quizá sean las luces de las decoraciones navideñas, que con sus colores chillones y sus divertidas formas, nos arrancan la sonrisa que tanto llevábamos necesitando. Quizá sea que, al hacer balance del año que se acaba, nos ponemos nostálgicos, y la nostalgia anula los malos sentimientos y alimenta la necesidad de cariño.
Quizá sea que el ser humano no es tan malo después de todo.
Pero la verdad es que, a pesar de todo el cinismo que este mundo lleva sobre los hombros, sí que somos mejores personas en navidad.
Ojalá fuera navidad todo el año...
Feliz Navidad a todos.
Sí, a estas horas, oficialmente, ya ha nacido el niño Jesús (al cual le va a tocar quedarse en el pesebre pasando frío hasta dentro de dos semanas que lleguen los reyes a adorarle, por cierto). Y eso, por algún motivo que no logro entender del todo, tiene que hacernos sentirnos felices, ser mejores personas, y ponernos a regalar estupideces a gente a la que no soportamos hasta que nos salga humo de la tarjeta de crédito.
Sí, sí, todos conocemos la convención social que dictan las navidades. Y también conocemos el efecto rebote que tiene en la mayor parte de la población española. De hecho, cada vez conozco a más gente que se siente decaída en navidad precisamente porque se siente obligada a ser feliz. O quizá la convención social esté cambiando, y ahora lo aceptable sea enfurruñarse porque las navidades se han vuelto un circo consumista... mientras se hacen las compras de rigor en El Corte Inglés, por supuesto.
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Esta mañana he ido a retocarme el tinte. La peluquería cerraba a las dos, pero han terminado conmigo a las tres, así que seguía allí cuando han empezado a llegar amigos y compañeros de trabajo, una de ellos con una botella de champán que ha repartido amistosamente entre todos los presentes - si, clientas incluidas -, y con la que hemos brindado por las navidades, por una "merry christmas and a fucking new year", por la acera de en medio, y porque el 2010 nos traiga sexo.
Obviamente, las risas no han faltado.
Mientras estaba pagando, me han dado a probar un bizcocho que había hecho la hermana de una de ellas, de harina integral y chocolate.
Nos hemos despedido con una sonrisa en los labios, incluidos los que se deprimían en navidades, y llenos de buenos deseos hacia los demás.
Después de cenar con mi familia, al no haber transporte público disponible, he cogido un taxi para volver a mi casa. El taxista y yo hemos estado hablando amigablemente todo el viaje, y al bajar nos hemos deseado un feliz 2010 con una sonrisa en los labios.
No sé, pero a mi me da la sensación de que incluso si uno se empeña en enfurruñarse durante estas fechas, ya sea por motivos legítimos o por simple gana de salirse de la norma, algo sucede al final del año que nos endulza. Los desconocidos hablan entre ellos, los compañeros de trabajo brindan y festejan juntos, los amigos se fusilan a llamadas, smss, correos electrónicos y mensajes de twitter (y no sé lo que harán los novios, pero supongo que también pensarán mucho el uno en el otro). Y todo lo hacen con una sonrisa en los labios.
Quizá sean las menos horas de luz, que despiertan algún instinto de supervivencia primigenio en nuestra especie y hacen que, por una vez, dejemos de maquinar unos contra otros para unirnos en una improvisada hermandad. Quizá sea el frío, que nos hace buscar calor humano con más vehemencia que el resto del año. Quizá sean las luces de las decoraciones navideñas, que con sus colores chillones y sus divertidas formas, nos arrancan la sonrisa que tanto llevábamos necesitando. Quizá sea que, al hacer balance del año que se acaba, nos ponemos nostálgicos, y la nostalgia anula los malos sentimientos y alimenta la necesidad de cariño.
Quizá sea que el ser humano no es tan malo después de todo.
Pero la verdad es que, a pesar de todo el cinismo que este mundo lleva sobre los hombros, sí que somos mejores personas en navidad.
Ojalá fuera navidad todo el año...
Feliz Navidad a todos.
Yo he llegado a la conclusión de que, mejor que amargarse con las navidades (que estos últimos años para mí han sido mucho más curro que otra cosa), es mejor intentar ser feliz en cualquier época del año, sin importar cuál sea.
ResponderEliminarNo siempre se consigue, pero de momento me funciona.
Que tengas un año maravilloso y esas cosas ;)
Corrijo tu post: Jesús hijo de José y María no nació en diciembre, si no en marzo. El hecho de que lo celebremos ahora es por convenciones sociales romanas (más que nada, para que coincidiese con sus fiestas y no nos matasen).
ResponderEliminarPor lo demás, estoy totalmente deacuerdo contigo (de una compradora compulsiva a, espero, otra ;) )
Feliz navidad, y que papá-y-mamá Noel te hayan traido muchas cosas
Corrijo tu post: Jesús hijo de José y María no nació en diciembre, si no en marzo. El hecho de que lo celebremos ahora es por convenciones sociales romanas (más que nada, para que coincidiese con sus fiestas y no nos matasen).
ResponderEliminarPor lo demás, estoy totalmente deacuerdo contigo (de una compradora compulsiva a, espero, otra ;) )
Feliz navidad, y que papá-y-mamá Noel te hayan traido muchas cosas
Gracias por la info. De todos modos, gracias a cínicos varios (Y a Sheldon!) ese dato lo conozco desde hace varios años :P
ResponderEliminarNops, no soy compradora compulsiva... pero quizá si tuviera más dinero lo fuera, quién sabe... ^^U
Feliz navidad a ti tambien :P (en mi familia no hay papa noel, solo reyes... pero espero que a ti te traiga muchos regalos!)
Feliz Solsticio de Invierno!!! :-D
ResponderEliminarOni,
ResponderEliminarEspero que la hayas pasado bien. Un fuerte abrazo en la distancia.
Te comento que me animé y he empezado un nuevo blog. Si quieres darle un vistazo aquí está el link:
http://manuelmesones.wordpress.com/