A veces desearía poder tener acceso a esa versión descafeinada del amor.
El amor light, se mire por donde se mire, sólo tiene ventajas. No te desconcentra de tu trabajo con imágenes de la persona amada, ni te impide dormir por las noches pensando en dónde y con quién estará pasando las horas que tú pasas pensando en ella. No produce hormigueo en el estómago cuando te llama o te la encuentras por la calle, ni dolor de ídem cuando pasas las horas muertas esperando noticias suyas. No enturbia tus planes de futuro con versiones alternativas irrealizables, y mucho más apetecibles, en las que hay alguien a tu lado. No altera tu estado de ánimo cual coctel de hormonas, haciéndote la persona más feliz del mundo cuando te sonríe, y la persona más desgraciada cuando te cuenta que ha pasado la noche con otra.
Obviamente, tampoco reporta las satisfacciones inherentes al sentimiento propiamente dicho. Pero si el precio a pagar para no sufrir tantos desórdenes de la conducta es tan pequeño como no poder sentir plenamente un sentimiento que, a todas luces, no es más que perjudicial para la salud, yo firmo.
¿A dónde hay que ir? ¿A quién hay que matar? Me apunto!
ResponderEliminarOjala fuera tan fácil como matar a alguien... *notese la ironía* xDDD
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