Ir al contenido principal

¿Y ahora yo qué hago?



Tengo una pequeña duda que plantearos.

Imaginaos que, por avatares de la existencia, lleváis nadando en un océano inmenso, del que no sabéis absolútamente nada, una cantidad ingente de tiempo. Tanto tiempo que ya ni recordáis qué se supone que hacíais con vuestra vida antes de estar nadando.
Cada vez que parece que avistáis tierra firme, o es un espejismo o la isla, según llegáis a ella, misteriosamente se hunde bajo las aguas, y tenéis que volver a nada de nuevo, porque es obligatorio seguir moviendo brazos y piernas, aunque sin saber exactamente hacia dónde o por qué.
El agua de este océano, además, tiene la propiedad de volverse más densa cuanto más cansados estáis, y curiosamente, los periodos de descanso en las islas antes de que estas se hundan, ojo al dato, no os hacen sentiros más descansados, sino bastante más exhaustos, cuando el suelo se hunde bajo las aguas y debéis comenzar a nadar de nuevo.



Con esta premisa planteada, imaginad ahora que, mientras manoteáis con fuerzas sacadas ya no se sabe de dónde, planteándoos seriamente dejar de moveros y permitir que las aguas os engullan, veis recortado en el horizonte un pequeño pico montañoso.
Es tierra, eso es indudable. Y no parece estar demasiado lejos, quizá si hacéis un último esfuerzo logréis llegar a la orilla antes de que las fuerzas os abandonen.



Todos vuestros músculos os duelen hasta tal punto que sabéis que jamás podrían volver a moverse si dejáis de nadar, ya sea porque os rendís en ese momento, o porque llegáis a la isla. Y ni siquiera es seguro que alcancéis la playa, tal y como os encontráis ahora... por no mencionar que todos los islotes anteriores se hundieron poco después de poner pie en ellos.

Lo más seguro es que acabéis bajo el océano, hagáis lo que hagáis.

Y sabéis que intentar alcanzar la isla a nado os producirá tal dolor que quizá deseéis estar muertos incluso antes de ahogaros.
Por no mencionar la desesperación que se apoderará de vosotros si, en el supuesto de que alcanzáseis la isla, esta comenzara a hundirse como han hecho todas las demás antes de ella.


Decidme, con esto planteado... ¿Nadaríais vosotros hacia la isla?



...

Desgraciadamente, pese a que sé que no soy ni lo suficientemente buena como para lograr llegar, ni tengo la suerte suficiente como para dar con el único suelo firme del océano, la pasta de la que estoy hecha me empuja hacia adelante.

No es que yo nade, es que mi cuerpo me obliga.

Maldito hijo de puta. Le encantan las causas perdidas.

Todas las otras veces que me la jugué a una sola carta sabiendo que las posibilidades de éxito eran practicamente nulas, obviamente la estadística triunfó sobre la fuerza de voluntad o los buenos sentimientos.
Hablando en plan Hari Seldon, con la estadística se puede predecir la historia del mundo o de un individuo, así que hay que hacerle caso cuando te dice "no hagas esto".

Pero a mi me mola más ir a mi bola.

Y así me va.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Una por partes (4)

Carlota abrió los ojos. Y los cerró casi de inmediato, cegada por la luz de la habitación. Tenía muchísimo calor, pero cuando intentó apartar la manta notó que no podía mover el brazo. No le dolía, pero lo tenía totalmente entumecido. Asustada, se dio cuenta de que su otro brazo y sus piernas estaban igual. Intentó mover el tronco, con el mismo resultado. Volvió a abrir los ojos, esta vez más despacio, y vio un techo y unas paredes blancas que no eran las de su cuarto. Alguien entró en su campo de visión y comenzó a acariciarle el pelo y darle besos en la frente. Parecía que hablaba, pero Carlota sólo podía escuchar un eco lejano, como si la estuvieran hablando a través de agua. La persona que la abrazaba se alejó y Carlota pudo ver que era su madre, que tenía la cara bañada en lágrimas. Intentó preguntarle dónde estaba, pero no consiguió articular ningún sonido. Su madre le puso el índice sobre los labios, como para que guardara silencio, y le dijo algo con una sonrisa llorosa....

¿Por qué las mujeres corren con las piernas juntas?

Me prometí a mi misma que no comentaría nada de esto en mi blog, porque ya bastante fama de misógina tengo como para encima echar más leña al fuego, pero es que todos los días viendo este extraño comportamiento ya clama a los dioses... Que os lo habéis ganado a pulso chicas, yo lo siento pero es así ._.U Para variar, esta entrada va dirigida a las que se den por aludidas directamente, y a nadie más. Si al leerlo piensas "¿yo hago eso?", está claro que no va por ti XDD Y siempre desde el cariño y sin ánimo de ofender, espero que os lo toméis como lo que es, una sátira. ................................. Siempre que veo a una mujer - o joven, o niña, o aborto mal completado - correr, ya sea para coger el metro, persiguiendo al petardo de la pandilla, o cruzando por un semáforo en rojo, me fijo en que nunca doblan las rodillas. Dan saltitos con las piernas prácticamente rectas, como si caminasen pero intentando ir rápido. O como si alguien les hubiese atado las rodillas con una c...

Oda a mi ego (o Porque Yo Lo Valgo)

Ayer tenía la intención de empalmar, dado que me he tirado todo el fin de semana durmiendo, y tengo el sueño ya no cambiado, sino totalmente desquiciado. Pensaba que una terapia de choque me lo regularía, aunque al final acabé yéndome a la cama a las tres y cuarto, porque se me cerraban los ojos frente al ordenador y no podía teclear y usar la tableta gráfica mientras me sujetaba los párpados, me faltaban manos. Así que sobre las tres de la mañana comencé a recoger el chiringuito y a preparar las cosas para hoy, que iba a ser un día muy liado. En uno de los paseos por el cuarto me vi reflejada en el espejo. Por algún extraño motivo, suelo ponerme bastante guapa cuando tengo sueño o estoy especialmente decaída - es por eso por lo que afirmaré hasta la muerte que yo he nacido para gótica -, y como ayer se cumplían los dos supuestos, incluso con ojeras y todo me gustó mucho mi reflejo. Así que cogí el móvil, y me hice unas cuantas fotos en las que, oh milagro de la naturaleza, apenas sí s...