Ir al contenido principal

Destruyendo mitos

Recuerdo aquella tarde de una manera extraña. De las cosas importantes, las que deberían habérseme quedado, ni una recuerdo; pero soy capaz de rememorar casi todas las nimiedades.
Quizá sea porque ahora vivo por la zona donde sucedió aquello, y paso por delante de los sitios donde cenamos casi todos los días. O Quizá por lo nerviosa que estaba en aquel momento, mi mente no funcionó como debía hacerlo.
Claro que para qué engañarnos, mi mente nunca funciona como debe.

Sí, estaba bastante nerviosa. Iba a conocer un poco más de cerca a dos personas a las que tenía entronizadas. Y el motivo de la reunión es que esas personas me creían lo suficientemente buena como para ocupar un puesto de responsabilidad en la asociación que presidían... Fíjate, que esas dos personas tan importantes pensaran que 'yo' valía para algo así... ¡Qué honor!

Je, qué ingenua...

Sí, era muy propensa a dejarme impresionar por la gente que "decía" que era importante. 'Oh dios mío, es el presidente de una asociación cultural, tiene que ser un tío fuera de lo común'; y lo era, eso quedó claro. Pero no en el mismo sentido que yo creía.

Con los años, una se da cuenta de que ni las personas a las que admira son tan geniales como creía, ni una es tan insignificante... Bueno, en mi caso lo segundo no se cumple, pero lo que sí es cierto es que con el tiempo y la experiencia, te das cuenta de que lo que cuenta una persona sobre sus méritos personales, y la realidad, raramente se corresponden. Que, tal y como decía una amiga mía, el respeto hay que tenérselo a quien lo gana con sus actos, no a quien lo exige con palabras.

Que el que una persona ocupe un puesto de importancia, en el campo que sea, no garantiza que se haya ganado dicha posición. Que muchas veces, las personas a las que se idolatra sin conocerlas resultan ser la mayor decepción para sus fans.

De nuevo, y como siempre, en el conocimiento se encuentra la mayor de las decepciones. La decepción de ver que todas esas personas que uno cree superiores simplemente porque alguien se lo ha dicho, no son en ninguna medida mejores ni más dotados para nada que uno mismo. Que sólo son personas corrientes y, en la mayoría de los casos, bastante más patéticas que la mayoría. Que sólo están donde están por azar, porque nacieron en la familia correcta o se tiraron a la persona adecuada. Que si por su propio esfuerzo y sus propios méritos fuera, les habría costado llegar a limpiar letrinas.

...

Dos cosas saco de toda esta decepción: En primer lugar, que respetar a las personas es algo que nunca debe dejar de hacerse, pero admirar a alguien simplemente por su cara bonita, sin conocer lo que se admira o por qué se hace, es de tontos.

La segunda cosa que saco en claro es que si esas personas que parecían superiores por los motivos que fuera, pero que resultaron no ser más que seres humanos como todos los demás, pueden estar donde están sin merecérselo ni valer para ello, eso quiere decir que cualquier ser humano corriente puede lograrlo también, si se lo propone.

E igual puede que se lo merezca más que aquellos a los que el azar ha puesto ahí.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Mi primera cita a ciegas

Como últimamente no salgo de casa, y de camino al curro y de vuelta a casa el catálogo de cosas raras que me puede pasar es muy limitado, tendré que empezar a desempolvar alguna que otra escena de mi trastorna... asoci... esto... de mi adolescencia. ........................................................ Cuando rozaba la veintena - más bien por abajo que por arriba - mi amiga Patricia me organizó un par de citas a ciegas. Citas que organizó con la mejor de las intenciones, y que tuvieron un resultado fantástico. Si es que quería que me hiciese lesbiana, claro. Un día Patri le estaba intentando organizar una cita a ciegas a un amigo de un amigo que conoció por Internet - allá por los tiempos en que tener un módem de 56Kb era lo más -. Como todas las amigas libres de Patricia le dijeron que no, supongo que antes de comenzar a proponérselo a los hombres se le ocurrió que yo también era una mujer, y me lo preguntó. Antes de proseguir, añado un dato. Unas pocas semanas antes de lo que cuen...

Sin abono transportes

El lunes 25 de Mayo de este año pagué un abono transportes. Y digo pagué, porque como no me dieron el abono transportes, el verbo "comprar" no tiene mucho significado en la frase. Tras hablar con el operario que estaba en la taquilla en ese momento, que este efectuase las llamadas pertinentes, y que me pidiese mi DNI, mi número de cuenta, y el recibo que la expendedora me había dado, se llegó a la resolución de que, efectivamente, se había cometido un error y había que ingresarme en mi cuenta el dinero que había pagado por el abono. Aclaro a priori que yo no puse ninguna reclamación. El operario hizo él todas las gestiones necesarias, y se solucionó el problema en media hora. Yo no rellené ningún formulario de reclamación, ni me entregaron ningún justificante de reclamación. Sólo me dieron un justificante de "Comunicación de incidencias con repercusión económica en instalaciones de venta y peaje", en el que se declaraba que Metro de Madrid debía ingresarme los 60,60...

Palosofía (1)

En el principio, Dios creó el palo. Y el palo medró y convivió con el resto de animales. Y Dios vio que era bueno. Más tarde, Dios creó al hombre. Y el hombre medró y gobernó con justicia a los demás seres vivos de la creación. Y Dios vio que era bueno Entonces los hombres encontraron el palo. Y comenzaron a atizarse los unos a los otros con él. Y Dios dijo, "Mieeeeerrrrda" Y así fue como Dios creó los tacos. ....... Este bonito extracto de un texto apócrifo de la Biblia, cuya existencia sólo ha sido revelada a unos pocos elegidos a lo largo de la historia, y que tras una ardua investigación yo he descubierto, nos revela la estrecha relación entre el ser humano y el palo a lo largo de los siglos. No hay más que echar un vistazo a la relación de cualquier persona con el palo a lo largo de su vida. Desde su más tierna infancia, cualquier niño encontrará en un palo a su mejor amigo. Y el gato de la familia a su peor pesadilla, pero esa no es la especie de la que estamos hablando...