Ir al contenido principal

¿?

¿Por qué no soy capaz de creerme que nadie me tenga aprecio? ¿Por qué estoy tan condenadamente segura de que nadie puede quererme? Vale, la mayor parte del tiempo el mundo me ha demostrado que soy un ser insignificante; y no me extraña que lo piense, la verdad. Pero si mis compañeros de facultad me dicen que han preguntado por mí la temporada que me ausenté de clase, me extraño. ¿Por qué les importo lo suficiente como para que hablen de mí?. Nadie nunca ha hablado de mí, ni siquiera mal. Les importo demasiado poco. Y cuando son amables conmigo, suele ser un ardid para reírse un rato.
¿Y qué hago entonces, cuando alguien me ofrece su cariño sinceramente? No me lo creo. Me desprecio demasiado como para pensar que alguien pueda sentir algo hacia mí que no sea ese mismo desprecio. ¿Realmente alguien me ofreció algo de manera sincera, sin ocultar segundas intenciones? Pues mira, no lo sé. Quizá sí, quizá no. Yo desde luego, si hubiera sido alguno de ellos, no habría perdido el tiempo conmigo.
Y supongo que ese es el motivo por el que todos acaban yéndose tarde o temprano, ¿no?. Se hartan de que desprecie su amistad o su cariño. Piensan que no les valoro, cuando realmente les tengo en tan alta estima que no pienso merecer que me quieran. Pero a ver quién les explica esto. Porque a la que le sueltas a alguien "No me creo que puedas quererme", ya se lo toma como un insulto, y ni se molesta en escuchar el resto de la frase.
Y así es como acabo, sola, abandonada por personas por las que habría dado la vida sin pensármelo, porque ellos piensan que les desprecio. Y cada vez que esto pasa, mi certeza de que soy un ser mediocre que no merece ni que los demás se aprendan su nombre se hace mayor.
A veces consigo convencerme de que valgo lo suficiente como para merecer que la gente me tenga aprecio. Esos periodos suelen durar aproximadamente diez minutos. No me lo creo ni yo, se lo van a creer los demás...

---------------

No soy dada a las entradas de blog autocompasivas, pero necesitaba soltarlo. Porque es algo de lo que me acabo de dar cuenta. Y ciertas revelaciones a veces resultan tan abrumadoras, que necesitas soltarlas para que no te consuman.
Al final resulta que los psicólogos van a servir para algo, y todo.

Comentarios

  1. Uoh! me has linkeado *_*

    Gracias por el comentario...supongo xD

    Adoraba a Ned TT_TT

    está actualizado el link, hazlo y dime que te sale *_*

    ResponderEliminar
  2. Ehm... de nada? XDD
    Lo he intentado, pero el puñetero bloqueo de internet del trabajo no me deja entrar en esa página... a ver si cuando llegue a casa me lo hago :3

    ResponderEliminar
  3. Gavri-el dice:
    Mandame un mail y te comento unas cosillas

    ResponderEliminar
  4. En cuanto llegue a casa, porque ahora no tengo a mano tu mail ^^U

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Cosas para hacer bulto mientras se me ocurre algo

Estoy fascinada. Llevo más de dos semanas de convivencia con otras cinco chicas, en una casa que si bien de modo absoluto es desproporcionadamente grande, al añadir el dato de que alberga a seis féminas se vuelve de tamaño medio. La segunda ducha - ahora ya está demostrado, con voltímetro y notario incluidos - da calambre, así que sólo tenemos un cuarto de baño completo para ducharnos. El suelo de tarima flotante tiene complejo de capa tectónica y no para de ondularse y abombarse por todos lados. Durante dos terribles días el fregadero y la lavadora se declararon en huelga y se negaron a expulsar agua por sus respectivos desagues. Internet sólo va como Dios manda en el salón, y en las habitaciones nos dedicamos a conectarnos a las redes no seguras que estén detectables en cada momento - menos yo, que como mi habitación no es exterior no cojo ninguna -. El extractor de la cocina sólo funciona cuando el calentador está parado y las luces secundarias de la cocina apagadas. Vamos, que no p

Crónica de una búsqueda de piso - Tercera entrega: Como toda trilogía, la tercera parte es la última

Sí señores, parece que ya tengo un lugar a donde irme a vivir cuando me vaya de la trampa psicológica en la que se ha convertido mi actual hogar. Y es una pena, porque tras cada mudanza paso por un periodo de adaptación que suele durar entre dos y tres meses, durante los cuales estoy bastante de los nervios porque no reconozco mi hogar en el sitio en el que vivo. Y ya llevo tres mudanzas en menos de un años. Echad cuentas de cuántos meses he estado de los nervios. .. ........................................ Primera parte aquí Segunda parte aquí Viernes. Ese día tenía concertadas tres visitas a pisos: Un ático a compartir con otras tres chicas a las seis y media, un piso a compartir con una francesa y una inglesa a las siete y media, y otro a compartir con dos chicos y una chica a las ocho y media. Tras una agradable comida con Trini y un no menos agradable paseo por el abrasador sol de Madrid centro, cogí el autobús en Guzmán el Bueno en dirección a Argüelles, la zona donde estaban los

Oda a mi ego (o Porque Yo Lo Valgo)

Ayer tenía la intención de empalmar, dado que me he tirado todo el fin de semana durmiendo, y tengo el sueño ya no cambiado, sino totalmente desquiciado. Pensaba que una terapia de choque me lo regularía, aunque al final acabé yéndome a la cama a las tres y cuarto, porque se me cerraban los ojos frente al ordenador y no podía teclear y usar la tableta gráfica mientras me sujetaba los párpados, me faltaban manos. Así que sobre las tres de la mañana comencé a recoger el chiringuito y a preparar las cosas para hoy, que iba a ser un día muy liado. En uno de los paseos por el cuarto me vi reflejada en el espejo. Por algún extraño motivo, suelo ponerme bastante guapa cuando tengo sueño o estoy especialmente decaída - es por eso por lo que afirmaré hasta la muerte que yo he nacido para gótica -, y como ayer se cumplían los dos supuestos, incluso con ojeras y todo me gustó mucho mi reflejo. Así que cogí el móvil, y me hice unas cuantas fotos en las que, oh milagro de la naturaleza, apenas sí s