¿Te suena el tema de este post de algo, Trini?
Dicen que la personalidad de un ser vivo está determinada por sus genes y por las circunstancias externas a él.
Por ejemplo, uno puede nacer con los genes de un asesino xenófobo y sádico - se ha concretado que los instintos asesinos andan por el cromosoma 12, la xenofobia en algún lugar entre el 3 y el 5, y el sadismo está ligado a los cromosomas sexuales -, pero si esta persona consigue entrar en la escuela de arte y se rodea de gente amable y solidaria en un ambiente altamente creativo, puede que en vez de convertirse en el mayor genocida del siglo veinte acabe siendo sólo uno de los mejores pintores de escenas gore de la historia. O puede que se dedique a sacar instantáneas de los campos de concentración para inmortalizarlos al óleo. Pero entonces sería por un objetivo artístico.
En el caso de los españoles, dado que compartimos la mayor parte de carga genética con el resto de los europeos y gente paliducha en general, tengo que concluir en que el hecho de que no haya una sola cafetería en la que no sirvan el café hirviendo debe ser cosa de la influencia del ambiente.
Porque si uno se ha criado en, por ejemplo, Madrid, y ha tenido a bien tomar café en una cafetería alguna vez en su vida, se habrá dado cuenta que por mucho que pida la leche templada, del tiempo, fría, o recién sacada de un tanque de nitrógeno líquido, cuando coge el vaso que le han servido acaba con quemaduras de tercer grado en los dedos. Y eso si es vaso, porque si es taza, uno se confía y la coge por el asa, y las quemaduras se las hace en los labios y la lengua.
Es por esto que, a primera hora de la mañana, en las oficinas todos los trabajadores tenemos la lengua de trapo. No porque hayamos dormido poco, sino porque se nos está recuperando de las quemaduras.
Claro, si uno lleva viendo esto toda su vida, y pese a que cuando se hace un café en su casa prepararlo de tal manera que no te chamusque la boca no parece tan difícil, se convence de que algo diferente tendrá el café de cafetería que hace que sea imposible servirlo a temperatura ambiente. Uno acaba asumiendo como cultura general que cuando el café se hace en esas máquinas, es totalmente lógico que salga a la misma temperatura que la lava del Monte del Destino.
Cuántos sinsabores se habría ahorrado Frodo si en vez de ir a Gorgoroth se hubiese pasado por una cafeta de Moncloa y hubiera pedido un cortado.
Quizá el servir el café tan caliente revele el gusto de los españoles por la experimentación y lo desconocido, ya que el punto de ebullición del café es un gran enigma que aún se está intentando descubrir en numerosas facultades. Se cree que este punto ronda los 500 grados centígrados, pero condiciones tan cercanas sólo se pueden lograr con una máquina adecuada de café, y ese tipo de equipos son demasiado caros como para que los investigadores puedan costeárselas con dinero del estado, por lo que la investigación a pie de campo, en la cafetería de dichas facultades, es la única alternativa. Es por ello que se puede encontrar a cualquier hora del día a numerosos grupos de profesores y estudiantes tomando café. La investigación es tan absorbente que los implicados no pueden pensar en otra cosa.
Sin embargo, este afán de conocimiento parece diluirse al cruzar la frontera de los Pirineos. Precisamente ayer mi amiga Trini comentaba lo consternada que se sintió en cierto viaje a Italia cuando entró en una cafetería, pidió un café, y se lo sirvieron tibio. Mi amiga se quedó demasiado sorprendida como para decirle nada al camarero, pero yo le habría exigido mi café a la temperatura que debe estar - esto es, unos 200 grados centígrados -. ¡Que porque fuera una turista no iba a dejar de merecer que se la atienda de la forma debida!
Volviendo a los factores externos y a la genética... Si no hay ningún gen en el camarero medio español que le induzca a servir los cafés como si trabajase en una fundición, y suponiendo que no sospecha que somos Terminators del futuro que venimos a matarle y nos esté intentando derretir de antemano, ¿cuál es el factor medioambiental que provoca ese comportamiento?
¿Puede ser que el ecosistema de las cafeterías dote a los camareros de total insensibilidad ante los cambios térmicos? ¿O quizá son éstos unos asesinos xenófobos y sádicos que no consiguieron entrar en la escuela de arte y alivian sus frustraciones chamuscando paladares?
¿No será acaso todo un complot de la SGAE para producirnos daños permanentes en la traquea, y de ese modo no podamos cantar de gratis canciones con copyright?
...
No, en serio, ¿y si detrás de todo esto estuviese la SGAE?
Ay Dios, yo quería hacer un post gracioso y al final me ha quedado hasta tétrico :S
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Dicen que la personalidad de un ser vivo está determinada por sus genes y por las circunstancias externas a él.
Por ejemplo, uno puede nacer con los genes de un asesino xenófobo y sádico - se ha concretado que los instintos asesinos andan por el cromosoma 12, la xenofobia en algún lugar entre el 3 y el 5, y el sadismo está ligado a los cromosomas sexuales -, pero si esta persona consigue entrar en la escuela de arte y se rodea de gente amable y solidaria en un ambiente altamente creativo, puede que en vez de convertirse en el mayor genocida del siglo veinte acabe siendo sólo uno de los mejores pintores de escenas gore de la historia. O puede que se dedique a sacar instantáneas de los campos de concentración para inmortalizarlos al óleo. Pero entonces sería por un objetivo artístico.
En el caso de los españoles, dado que compartimos la mayor parte de carga genética con el resto de los europeos y gente paliducha en general, tengo que concluir en que el hecho de que no haya una sola cafetería en la que no sirvan el café hirviendo debe ser cosa de la influencia del ambiente.
Porque si uno se ha criado en, por ejemplo, Madrid, y ha tenido a bien tomar café en una cafetería alguna vez en su vida, se habrá dado cuenta que por mucho que pida la leche templada, del tiempo, fría, o recién sacada de un tanque de nitrógeno líquido, cuando coge el vaso que le han servido acaba con quemaduras de tercer grado en los dedos. Y eso si es vaso, porque si es taza, uno se confía y la coge por el asa, y las quemaduras se las hace en los labios y la lengua.
Es por esto que, a primera hora de la mañana, en las oficinas todos los trabajadores tenemos la lengua de trapo. No porque hayamos dormido poco, sino porque se nos está recuperando de las quemaduras.
Claro, si uno lleva viendo esto toda su vida, y pese a que cuando se hace un café en su casa prepararlo de tal manera que no te chamusque la boca no parece tan difícil, se convence de que algo diferente tendrá el café de cafetería que hace que sea imposible servirlo a temperatura ambiente. Uno acaba asumiendo como cultura general que cuando el café se hace en esas máquinas, es totalmente lógico que salga a la misma temperatura que la lava del Monte del Destino.
Cuántos sinsabores se habría ahorrado Frodo si en vez de ir a Gorgoroth se hubiese pasado por una cafeta de Moncloa y hubiera pedido un cortado.
Quizá el servir el café tan caliente revele el gusto de los españoles por la experimentación y lo desconocido, ya que el punto de ebullición del café es un gran enigma que aún se está intentando descubrir en numerosas facultades. Se cree que este punto ronda los 500 grados centígrados, pero condiciones tan cercanas sólo se pueden lograr con una máquina adecuada de café, y ese tipo de equipos son demasiado caros como para que los investigadores puedan costeárselas con dinero del estado, por lo que la investigación a pie de campo, en la cafetería de dichas facultades, es la única alternativa. Es por ello que se puede encontrar a cualquier hora del día a numerosos grupos de profesores y estudiantes tomando café. La investigación es tan absorbente que los implicados no pueden pensar en otra cosa.
Sin embargo, este afán de conocimiento parece diluirse al cruzar la frontera de los Pirineos. Precisamente ayer mi amiga Trini comentaba lo consternada que se sintió en cierto viaje a Italia cuando entró en una cafetería, pidió un café, y se lo sirvieron tibio. Mi amiga se quedó demasiado sorprendida como para decirle nada al camarero, pero yo le habría exigido mi café a la temperatura que debe estar - esto es, unos 200 grados centígrados -. ¡Que porque fuera una turista no iba a dejar de merecer que se la atienda de la forma debida!
Volviendo a los factores externos y a la genética... Si no hay ningún gen en el camarero medio español que le induzca a servir los cafés como si trabajase en una fundición, y suponiendo que no sospecha que somos Terminators del futuro que venimos a matarle y nos esté intentando derretir de antemano, ¿cuál es el factor medioambiental que provoca ese comportamiento?
¿Puede ser que el ecosistema de las cafeterías dote a los camareros de total insensibilidad ante los cambios térmicos? ¿O quizá son éstos unos asesinos xenófobos y sádicos que no consiguieron entrar en la escuela de arte y alivian sus frustraciones chamuscando paladares?
¿No será acaso todo un complot de la SGAE para producirnos daños permanentes en la traquea, y de ese modo no podamos cantar de gratis canciones con copyright?
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No, en serio, ¿y si detrás de todo esto estuviese la SGAE?
Ay Dios, yo quería hacer un post gracioso y al final me ha quedado hasta tétrico :S
Que tipico cuando pides el cafe, el tio pone la jarra de leche a calentar y se va a:
ResponderEliminar-Cambiar el barril de la cerveza
-Atender a 5 clientes
-Charlar de partido de ayer con el parroquiano habitual
-Inserte aqui actividad cotidiana que no puede esperar.
Y uno mirando mientras la jarra, y escuchando el silbido caracteristico, para ver cuando se pone al rojo y tras hacer todas las labores te preguntan: ¿Como quieres la leche? Y tu dices...templada; observas como echa el tio partes iguales de esa leche que esta a punto de ser plasma, leche normal y te lo sirve quedandose mas ancho que largo y tu cafe 5 minutos se convierte en uno de 10 por que el instinto de conservación te impide tomarte eso.
xDD Buenísimo...
ResponderEliminarEn serio, aquella cafetería italiana hizo que se me rompieran los esquemas. Probar aquel capuccino sin quemarme la lengua fue como si me hubiese hablado el gato xD
Pues sí que es tétrica la idea de la SGAE, sí... sobre todo porque los creo capaces!!!
@Kagemaru: Cuanto tiempo! :3 Lo que cuentas también es enorme - y muy cierto -. Cuántas veces habremos dicho "un café rapidito" y habremos llegado tarde a los sitios por culpa de la temperatura del bebedizo XDDDD
ResponderEliminar@Trini: Sí, es el tipo de cosa que les ves haciendo... aunque... ahora que lo pienso... Dios! Voy a quitarlo del post, no les vaya a dar ideas! >.<
Cada vez que pegas un grito y te escaldas con un café, fredy flautista y Tontorroncín lo apuntan para cobrarte un canon por "interpretación de ópera sin los correspondientes derechos de reproducción".
ResponderEliminarY con reproducción me refiero a música, so guarros. ¡Siempre pensando en lo único!
Ah, pero se necesitan derechos para la reproducción del otro tipo? o_O
ResponderEliminarah, pero...¿no lo sabías? XDDDDD
ResponderEliminarPICASTE!
:-p
ahora en serio...¿de dónde te crees que sale el pastizal de canon que cobran estos? ¿de los discos que vende ramoncín? ¡No! X-DDDDDDD
cada vez que dices "ooooooh, síiiiii, cóooooomo me gussssssta", freddy flautista y raboncín (chiquitín) se lo apuntan para denunciarte por "interpretación de reggaeton en plan tata golosa pero sin música"
Diooooosss!!!! XDDDDDDDDDDD
ResponderEliminarxD Todavía no he terminado de leerlo, pero es que lo de Frodo y el cortado ma matao xD
ResponderEliminarDesde luego, se va uno una temporada y ya hasta quedadas se organizan. Ya me pondre del todo al dia que tengo para un poco xD.
ResponderEliminarPor cierto, minuto 1:10
http://www.youtube.com/watch?v=Fl-icO7J9DY&feature=related
Hola! Que bueno lo de Frodo y el cafe, y qué razón tienes. Lo mas típico de los bares es que pregunten ¿como quiere la leche? y tu digas "templada" y ellos te la pongan como les de la gana, es decir: abrasando.
ResponderEliminarEsto me trae a la mente las abuelas y sus sopas a mil grados centígrados, y su frase típica de "come, hija, come mientras esté caliente..." O.o
Un besin desde los madriles
Si es que bebéis cosas muy raras. Pudiendo pedir una caña...
ResponderEliminarAunque ahora que me acuerdo, el día del orgulle mp pusieron por el centro una caña DEL TIEMPO. Eso sí que es una aberración natural.
@Kagemaru: En cuanto llegue a casa lo miro. Respecto a las quedadas, si vives por Madrid estás más que invitado a la próxima :P Como ya se comentó por aquí, se pueden empezar unas jornadas de Blog&Beer (or coke) XDD
ResponderEliminar@Ohlala: Gracias ^^ Muy cierto también lo de las sopas de la abuela. A mi me pasaba también con mi madre, era un suplicio cuando te ponía la comida que un poco más y se fundía el plato de loza, y te urgía a que comieras "porque frío no está bueno" XD
@Asbeel: Una caña y una tostada, el desayuno de los campeones :P
Bleh, cerveza del tiempo >.< La cerveza tibia es como... bueno, todos sabemos como qué es XDDDD
Bueno Asbeel es que una caña para desayunar...no se como que las porras no saben igual xD.
ResponderEliminarYo desayuno una caña y un pincho de tortilla. Y al que no le guste, que no mire ¬¬ Pero claro, ese es mi segundo desayuno ^^
ResponderEliminarY no me meto un copazo como veo a algunos, porque me parece ya un pelín excesivo xD
Eso de los copazos es la caña, me acuerdo cuando entraba a currar a primera hora(7 de la mañana) y veias a la peña metiendose entre pecho y espalda unos orujos y unos whiskis a palo seco, que se te daba la vuelta el estomago xD.
ResponderEliminarY lo de las quedadas lo tendre en cuenta la proxima vez que este de visita por Madrid :).
@Mariu: o sea, que primero no sabes que se paga canon a la SGAE por fornicar y ahora dices que todos sabemos a qué sabe la lluvia dorada...¡aclárate, por diox! X-D
ResponderEliminar@Ender: sólo puedo decir: UAC!
ResponderEliminar...
ResponderEliminar¿mepasao?
ResponderEliminar(esta tarde, si una bola de bolera me cae accidentalmente en la cabeza seis veces, ya tendré pistas de porqué :-P)
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