Acabo de descubrir una nueva religión.
Aún no está instaurada, por supuesto, pero creo que si a alguien se le ocurriera darle salida, podría hacerse un ídolo de masas.
Los sellos de caucho.
He comprobado que, para ciertos colectivos, la huella impresa de un sello de caucho es el equivalente a una aparición de la Virgen del Rocío para un sevillano. Si les enseñas cualquier cosa, pongamos una chancla vieja, marcada con el sello adecuado, te la cogerán de tus manos sin pensárselo dos veces, y la marcarán, clasificarán, etiquetarán y almacenarán - siguiendo un orden que solo ellos comprenden, como por ejemplo el número de bultos que hay en la suela -.
En concreto, para los trabajadores de los bancos, los papeles sellados tienen un valor incalculable, y el prestigio de sus clientes depende de cuántos de esos papeles con marcas de tinta pueden entregarles. Uno puede llegar a una oficina de un banco cargado de billetes de quinientos euros, pero si no dispone de un papel sellado, los oficinistas le harán el mismo caso que a una mota de polvo.
Los trabajadores de los bancos creen en los sellos. Los sellos son muy importantes para ellos. Los oficinistas necesitan creer en los sellos. Por eso, si alguien les habla de un sello, creerán en él, aunque sea una invención. Si les dices que el papel que les estás entregando tiene el sello del archidecanado de asuntos pleistocénicos del instituto nacional de barcología, ellos querrán creerte, porque para ellos la marca del sello de Mickey Mouse en el papel que les estás dando tiene muchisima importancia.
Por ello, creo que voy a comenzar a sentar las bases de la sellología. Y cuando la tenga más o menos perfeccionada, la presentaré ante el bulgo. Estoy segura de que voy a ganar adeptos por un tubo... O mejor dicho, por una sucursal de banco.
Aún no está instaurada, por supuesto, pero creo que si a alguien se le ocurriera darle salida, podría hacerse un ídolo de masas.
Los sellos de caucho.
He comprobado que, para ciertos colectivos, la huella impresa de un sello de caucho es el equivalente a una aparición de la Virgen del Rocío para un sevillano. Si les enseñas cualquier cosa, pongamos una chancla vieja, marcada con el sello adecuado, te la cogerán de tus manos sin pensárselo dos veces, y la marcarán, clasificarán, etiquetarán y almacenarán - siguiendo un orden que solo ellos comprenden, como por ejemplo el número de bultos que hay en la suela -.
En concreto, para los trabajadores de los bancos, los papeles sellados tienen un valor incalculable, y el prestigio de sus clientes depende de cuántos de esos papeles con marcas de tinta pueden entregarles. Uno puede llegar a una oficina de un banco cargado de billetes de quinientos euros, pero si no dispone de un papel sellado, los oficinistas le harán el mismo caso que a una mota de polvo.
Los trabajadores de los bancos creen en los sellos. Los sellos son muy importantes para ellos. Los oficinistas necesitan creer en los sellos. Por eso, si alguien les habla de un sello, creerán en él, aunque sea una invención. Si les dices que el papel que les estás entregando tiene el sello del archidecanado de asuntos pleistocénicos del instituto nacional de barcología, ellos querrán creerte, porque para ellos la marca del sello de Mickey Mouse en el papel que les estás dando tiene muchisima importancia.
Por ello, creo que voy a comenzar a sentar las bases de la sellología. Y cuando la tenga más o menos perfeccionada, la presentaré ante el bulgo. Estoy segura de que voy a ganar adeptos por un tubo... O mejor dicho, por una sucursal de banco.
Pues yo no consigo que me hagan caso ni bailando una sardana.
ResponderEliminarEso sí, cuando voy al salir del curro de traje y corbata, cambia la cosa. Como si me cambiase también la cara de pipiolo...
Que se jodan, ahora hago todo por internet :P
XDDD Si es que tu lo que tienes que hacer para que te hagan caso es ir con los palos al banco. Eso sí, sellados convenientemente! XD
ResponderEliminarPor cierto, hay o no hay poker hoy? Que no me respondes!!