Ir al contenido principal

Otro año más

Pues nada, otro año más ha pasado de largo.

En más de un sentido, porque no sólo acabo de cumplir 28 inviernos - es más apropiado que primaveras, ya que nací en Diciembre -, sino que el año está ya como quien dice agonizando.

¿Y cómo ha sido este año, este 2010 que, viendo cómo fue 2009 para la mayoría, prometía ser un año pródigo en bondades y regocijos?

Pues así, en líneas generales, una puta mierda.

Economicamente hablando, he estado practicamente todo el año en el paro. Y ya sabéis la manía que tengo de comer tres veces al día y consumir electricidad y agua, por no mencionar querer vivir en una casa...

Emocionalmente, se podría decir que he ido de ataque de nervios en ataque de nervios. Ya de por sí soy nerviosa, pero lo de este año supera con creces toda expectativa...

De salud... bueno, dejando a un lado la dermatitis por los nervios, las quemaduras químicas por lejía, la torcedura de tobillo, la rodilla operada que vuelve a querer que le haga caso, los ataques de tos y los vómitos, tampoco he estado tan mal...

De amigos, parece ser que durante la segunda mitad del año pasado y todo este año "alguien" se ha dedicado a ponerme a caldo cuando yo no estaba para defenderme - o partirle los dientes, que es de lo que tengo ganas -, así que la mitad de los que yo pensaba mis amigos ni me responde al teléfono. Y la otra mitad pasa de venir a mi cumpleaños y luego me la monta porque me cabree, así que no se puede decir precisamente que vaya bien servida de amistades...

En fin, que no ha sido un buen año. Al menos la cosa parece que levanta este último mes, con lo de haber conseguido trabajo con un sueldo hasta medio decente, que - por mucho que digan que el dinero no lo es todo - ha hecho presión sobre lo demás y me ha dado un margen para relajarme - por no mencionar una conexión a internet de banda ancha -.

También he empezado algunos proyectos, unos con más futuro que otros, y uno especialmente prometedor que ha empezado a tomar forma real también a finales de año (yo no digo nada, pero si os pasais por el blog de Pulp Comics Mgz encontrareis más información :P).

Ah, y tengo un gato desde hace una semana y media. Gatita, para ser más exactos. Y la he llamado Midna.

Total, un año de altibajos emocionales - y también de todo lo demás -, en el que lo único bueno que he sacado en claro es que me sé valer muy bien solita, por muy jodida que esté y por mucha mierda que me tiren.

Mucha bilis es lo que he acumulado este año. Mucha gente me ha hecho daño, y nadie ha movido un dedo por ayudarme. Pero hete aquí que he vuelto a salir del socabón, como siempre hago - y como me barrunto que siempre haré, viendo lo visto.

Y no sólo me ha cambiado el color de pelo mientras estaba allí abajo.

Comentarios

  1. Sólo paso a pedir disculpas por la parte que me toca y también a felicitarme/felicitarte, por la parte que me toca.


    =D

    ResponderEliminar
  2. Lo mejor que has podido hacer es conseguirte un gato. Grandísima elección.

    ResponderEliminar
  3. Lo sé! :P Ya le tenía ganas a tener un gatuno desde hacía muchos meses, pero si no se tiene dinero ni para cuidar de uno, no quería tener un animalejo para cuidarlo mal o acabar teniendo que darlo o llevarlo a un albergue ._.U

    Ya subiré fotos de la pelusa, ya >3<

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Cosas para hacer bulto mientras se me ocurre algo

Estoy fascinada. Llevo más de dos semanas de convivencia con otras cinco chicas, en una casa que si bien de modo absoluto es desproporcionadamente grande, al añadir el dato de que alberga a seis féminas se vuelve de tamaño medio. La segunda ducha - ahora ya está demostrado, con voltímetro y notario incluidos - da calambre, así que sólo tenemos un cuarto de baño completo para ducharnos. El suelo de tarima flotante tiene complejo de capa tectónica y no para de ondularse y abombarse por todos lados. Durante dos terribles días el fregadero y la lavadora se declararon en huelga y se negaron a expulsar agua por sus respectivos desagues. Internet sólo va como Dios manda en el salón, y en las habitaciones nos dedicamos a conectarnos a las redes no seguras que estén detectables en cada momento - menos yo, que como mi habitación no es exterior no cojo ninguna -. El extractor de la cocina sólo funciona cuando el calentador está parado y las luces secundarias de la cocina apagadas. Vamos, que no p

Crónica de una búsqueda de piso - Tercera entrega: Como toda trilogía, la tercera parte es la última

Sí señores, parece que ya tengo un lugar a donde irme a vivir cuando me vaya de la trampa psicológica en la que se ha convertido mi actual hogar. Y es una pena, porque tras cada mudanza paso por un periodo de adaptación que suele durar entre dos y tres meses, durante los cuales estoy bastante de los nervios porque no reconozco mi hogar en el sitio en el que vivo. Y ya llevo tres mudanzas en menos de un años. Echad cuentas de cuántos meses he estado de los nervios. .. ........................................ Primera parte aquí Segunda parte aquí Viernes. Ese día tenía concertadas tres visitas a pisos: Un ático a compartir con otras tres chicas a las seis y media, un piso a compartir con una francesa y una inglesa a las siete y media, y otro a compartir con dos chicos y una chica a las ocho y media. Tras una agradable comida con Trini y un no menos agradable paseo por el abrasador sol de Madrid centro, cogí el autobús en Guzmán el Bueno en dirección a Argüelles, la zona donde estaban los

Oda a mi ego (o Porque Yo Lo Valgo)

Ayer tenía la intención de empalmar, dado que me he tirado todo el fin de semana durmiendo, y tengo el sueño ya no cambiado, sino totalmente desquiciado. Pensaba que una terapia de choque me lo regularía, aunque al final acabé yéndome a la cama a las tres y cuarto, porque se me cerraban los ojos frente al ordenador y no podía teclear y usar la tableta gráfica mientras me sujetaba los párpados, me faltaban manos. Así que sobre las tres de la mañana comencé a recoger el chiringuito y a preparar las cosas para hoy, que iba a ser un día muy liado. En uno de los paseos por el cuarto me vi reflejada en el espejo. Por algún extraño motivo, suelo ponerme bastante guapa cuando tengo sueño o estoy especialmente decaída - es por eso por lo que afirmaré hasta la muerte que yo he nacido para gótica -, y como ayer se cumplían los dos supuestos, incluso con ojeras y todo me gustó mucho mi reflejo. Así que cogí el móvil, y me hice unas cuantas fotos en las que, oh milagro de la naturaleza, apenas sí s