Mi primer roce con la homeopatía fue bastante antes de saber en qué consistía. Concretamente, poco después de que mi novio me dejara una amiga me recomendó unos preparados que hacía su madre, a los que se refirió como "flores de Bach". Al parecer eran extractos de algún tipo que, diluidos en jerez, tenían efectos beneficiosos de diferentes tipos. Yo estaba destrozada psicológicamente, así que escuché todo lo que me contaban mansa como un perrito, y cuando me dieron el gotero con la solución y me dijeron que lo mantuviera lejos de los aparatos eléctricos y lo tomara cada tanto tiempo pensé, bueno, a fin de cuentas unas gotas de jerez al día no me van a poner peor... Al principio parecía que las gotas me hacían sentir algo mejor. Algo. Comencé a preguntarme si la "leve mejoría" no se debería más al efecto placebo que a las gotas, pero como tenía miedo de empeorar, seguí tomándolas. Un par de meses después había empeorado tanto que, dándole efusivamente las graci...