Hay un intenso debate sobre cuál fue el invento que ha marcado en mayor grado la evolución del ser humano. Los hay que piensan que el fuego fue el factor determinante. También un gran grupo defiende que la invención de la rueda marcó un antes y un después en la historia de la humanidad. O quien piensa que la invención que más influyó en el curso que la humanidad iba a tomar, y no necesariamente para bien, fue la pólvora. Hay grupos que no se remontan tan atrás en el tiempo, y en su lugar opinan que la especialización profesional y la cadena de montaje, desarrolladas en la edad media fueron determinantes para cambiar el rumbo de la historia. Pero ninguno de esos descubrimientos afectó tanto a la evolución humana como el que yo propongo: La cafeína. Si, la cafeína. Esa pequeña amiga que nos encontramos en cada café, té, refresco de cola, o pastilla concentrada (con receta médica, eso sí) que nos tomemos. Esa compañera silenciosa de nuestras noches de insomnio, nuestros lunes con resaca, ...